Si pensabas que el fin de las clases implicaba también descansar de las interminables batallas contra esos minúsculos bichitos llamados piojos. ¡Estabas muy equivocada!
El verano es una época muy propicia para la pediculosis. Los campamentos, piscinas o acampadas con más niños, son caldo de cultivo estupendo para estos parásitos. Por eso, no te alarmes si regresa de unas vacaciones con algún amigo extra y poco deseable en su cabeza. Pero ¡alto! Hay formas de combatirlos e incluso evitarlos.
Cómo reconocer a los piojos y a las liendres
No saltan ni vuelan y se pasan de un pelo a otro por contacto directo de cabezas, porque como parásitos que son necesitan chupar la sangre humana, la única que les gusta. ¡Qué mala suerte para nosotros! Y aunque no transmiten enfermedades, son realmente molestos y pican tanto que uno no puede parar de rascarse hasta llegar a hacerse incluso heridas.
Resulta casi imposible no darse cuenta de que han hecho acto de presencia porque los niños se rascan con desesperación. ¡Eso significa que hay bichitos vivos fáciles de ver porque se mueven!
Es cierto que las liendres (los huevos), esas motitas blancas-amarillentas, pueden confundirse con caspa. Se distinguen porque se adhieren al pelo de tal forma que no pueden desprenderse con agua.
Los piojos adultos viven entre tres y cuatro semanas. Ponen una media de siete huevos al día, sobretodo detrás de las orejas y en la nuca y muy cerca del cuero cabelludo, porque necesitan calor para la incubación. A los ocho-nueve días se convierten en adultos y ya invaden nuestra cabeza, listos para poner otras siete liendres cada uno.
Por qué atacan en verano
La respuesta es sencilla: los niños realizan más actividades que implican más contacto, lo que se traduce en mayores posibilidades de contagio. Además, hablamos de una época calurosa, en la que los piojos encuentran el medio ideal para expandirse. Y es que el calor y la humedad ambiental son caldo de cultivo ideal para este insecto.
Los niños durante las vacaciones:
Juegan mucho con pequeños de su edad, por lo que el contagio es más fácil.
Los selfies se han convertido en grandes aliados de estos molestos bichitos, ya que si no se juntan las cabezas no se sale en la foto.
Se bañan en piscinas. Y aunque no te lo creas, el agua no afecta a estos parásitos e incluso favorece su expansión, ya que los niños deben secarse y comparten sus toallas sin pensárselo.
Van de campamento o de acampada y comparten camas, sacos de dormir, gorras, peines… ¡Difícil coartarles la libertad estos días!
Qué tratamientos son los más efectivos
La doctora Lucía Galán Bertrand, pediatra en el Hospital Internacional Medimar de Alicante, explica que hay dos tipos de productos de farmacia para atacar a los piojos:
Con insecticida. Los más habituales son la Permetrina 1% y el Malation, con diferentes nombres comerciales y en loción o champú. Si es posible elegir, la loción es mejor, ya que así nos aseguramos de que el tratamiento está el tiempo necesario en su pelo.
Sin insecticida. Con la Dimeticona el piojo no muere por efecto de la química, sino por asfixia. También está el Octanediol que destruye la cápsula del piojo para que muera por deshidratación.
Estos dos son seguros y no generan resistencias como la permetrina, cuando se abusa en exceso de su uso. Entonces, el tratamiento no es efectivo.
Cómo se aplica
La pediatra hace una serie de recomendaciones para lograr que el tratamiento sea 100 por cien efectivo:
- Lava su pelo con su champú habitual y sécalo con una toalla.
- Aplica el producto extendiéndolo muy bien.
- Espera el tiempo recomendado en el envase del producto y pasa la liendrera, el peine de púas muy finas y estrechas que casi todas las madres conocen. Si el tratamiento ha sido eficaz, los bichitos no se moverán y se desprenderán con facilidad.
- Después, aclara con agua abundante. Lee las instrucciones del producto para ver si tienes que usar champú o no, porque depende del fabricante.
- Deja secar al aire o con toalla. ¡No uses secador!
Además, Lucía Galán aclara que “no debe utilizarse ningún tratamiento con niños menores de dos años, incluso aunque no contengan insecticidas. La mejor forma de eliminarlos es pasando una liendrera por su pelo e incluso quitando los huevos de uno en uno con las manos”.
Trucos para prevenir
Aunque en esta época es más difícil porque los niños se encuentran más libres y menos pegados a nosotros, la doctora Galán nos da algunas recomendaciones para que se libren de la presencia de este incómodo bichito:
- Llevar el pelo corto o recogido.
- No lavarles el pelo con champús insecticidas como medida de prevención, solo cuando veamos piojos vivos. Así evitaremos problemas de toxicidad y riesgo de que cuando se necesite el tratamiento no sea efectivo porque al abusar se puede generar resistencia al producto.
- Pasar la liendrera cada 3-4 días.
- Recomendarles que no compartan toallas, gorras o peines.
- Evitar los tratamientos naturales porque no estás demostrada su eficacia científica y pueden generar toxicidad.
- Un estudio publicado en el British Medical Journal afirma que el Octanediol sirve también para prevenir la aparición de los piojos, no solo para tratarlos. Y existe en spray para tal fin. Es cuestión de probar.
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