Cuando nace un bebé son muchas las personas del entorno de los padres que comienzan a manifestar sus opiniones con respecto a la crianza. Familiares, amigos, vecinos... ¡siempre hay quien que tiene algo que sugerir sobre la forma de criar, educar o alimentar al recién nacido!
Cualquier opinión, manifestada desde el respeto y el cariño, es siempre bienvenida. De hecho, hay sugerencias que pueden ayudarnos a ver las cosas de otro modo, o incluso aportarnos alguna información que desconocíamos. Pero, ¿qué hacer cuándo las opiniones de los demás llegan a saturar a los recientes papás?
Con el primer hijo... ¡todos opinan!
La mayoría de los padres afirma que las sugerencias y consejos llegan, especialmente, tras el nacimiento del primer hijo. Y es que los primerizos suelen ser foco de críticas y opiniones en cuanto comienzan su andadura como padres.
Quizá la inexperiencia, los miedos y las dudas hacen que el entorno aproveche esa vulnerabilidad para aconsejar sobre todo tipo de aspectos relacionados con el bebé:
"¿Otra vez vas a darle teta?"
La forma de alimentar al niño suele ser uno de los aspectos más criticados y juzgados por el entorno, desde el momento en que el bebé nace. Si la madre opta por lactancia materna, en muchas ocasiones debe enfrentarse a comentarios que ponen en tela de juicio la calidad y cantidad de su leche, con afirmaciones que aseguran que "el niño se queda con hambre porque la leche no es buena/suficiente".
De igual modo, las madres que deciden dar el biberón deben ser respetadas en su decisión, pues muchas afirman sentirse presionadas por los demás para amamantar a su bebé en contra de su voluntad.
"No lo vais a sacar de vuestra cama hasta que vaya a la universidad"
Otro tema controvertido es el sueño del bebé. A todo el mundo le interesa saber cuánto y, sobre todo, cómo duerme tu hijo. Generalmente, los papás que optan por el colecho son los más criticados, con opiniones alarmistas y sin fundamento que hablan de "niños inseguros y dependientes que no saldrán de la cama de los padres hasta que vayan a la universidad".
La cantidad de despertares nocturnos, el número de horas que duerme, si lo hace en cama, cuna o brazos, si duerme o no siesta... también son aspectos criticables por otros, especialmente cuando se compara lo que hace tu bebé con "el hijo de tu prima, quien ya duerme ocho horas seguidas por la noche".
"Te está manipulando con el llanto"
El llanto del bebé es otro tema que acapara opiniones y consejos de todo tipo. Desde que es importante que "los niños lloren para que se les ensanchen los pulmones", hasta que a través del llanto "el bebé aprende a manipularnos".
Pero pocas personas hablan de la importancia de atender rápidamente el llanto del bebé, pues está demostrado que un niño que se siente desatendido en este aspecto, puede sufrir importantes consecuencias.
"No lo cojas en brazos que los vas a malcriar"
Coger en brazos al bebé también suele ser una práctica puesta en entredicho por familiares y amigos. Y es que son muchos los que afirman que "el niño se va a malacostumbrar o lo vamos a malcriar si lo tenemos siempre en brazos", y que si no lo evitamos cuanto antes "nos destrozará la espalda" a medida que vaya creciendo.
Pero los niños necesitan brazos y abrazos para su correcto desarrollo emocional, para crecer seguros y confiados, y para sentirse amados. Porque, ¿qué refugio es mejor para un niño que los brazos de sus padres, sea cual sea su edad?
"¿No es muy mayor para ir en mochila?
Y al hilo de lo anterior, también entra en juego el porteo. Cuando porteamos a un bebé todo el mundo muestra su lado más tierno, pero a medida que el niño crece aparecen miradas y comentarios desaprobatorios de quienes opinan que ya tendría edad suficiente para ir caminando.
También hay quien insiste en que el niño "va muy aburrido en la mochila", y que eso se solucionaría colocándole hacia el frente, sin ser conscientes de que este consejo tiene repercusiones muy negativas en el bebé y el porteador.
"Este niño lo que necesita es un buen castigo"
Otro tema controvertido es la educación del niño, y es que son muchos los que aconsejan a los padres cómo educar a sus propios hijos. A veces te proponen "darle un cachete a tiempo" y otras imponerle un "castigo ejemplar", pero siempre hay algo que decir ante una rabieta o lo que la sociedad considera un "mal comportamiento" infantil.
"Llévalo a guardería, que necesita socializar"
Uno de los aspectos en los que más suele meterse la gente es en la forma de educar al bebé. Y es que si los padres optan por hacerlo en casa y no llevarle a la guardería, suelen enfrentarse a todo tipo de opiniones que aumentan a medida que el niño crece.
Por lo general, estas giran en torno a los beneficios de las guarderías para la socialización del niño ("allí aprenden a compartir", "así se despega de las faldas de mamá"...) y para su inmunización ("todo lo que enfermen en la guardería ya no enfermerán en el colegio").
"¿Todavía con pañal?"
El pañal y el momento exacto de dejarlo es otro de los aspectos que más comentarios y opiniones genera. La vecina, la abuela, la maestra, la cuñada... todos parecen saber cuándo tienes que retirar el pañal a tu bebé, que generalmente suele coincidir con la llegada de la primavera o el verano. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la gente no tiene en cuenta las señales que indican si tu hijo está preparado o no para este importante paso.
También hay comentarios que giran en torno a la ropa del bebé, si va o no demasiado abrigado, si debería llevar vestido o pantalón, o si el color de las prendas es el adecuado a su sexo. A este respecto, también hay quien opina acerca de la decisión de los padres de poner o no pendientes a su hija.
¿Qué hacer ante las opiniones del entorno?
El problema fundamental radica en que en muchas ocasiones se trata de opiniones no pedidas que llegan en momentos de extrema vulnerabilidad para los padres, provocados por el cansacio, la inexperiencia o la sensación de no saber si están haciendo las cosas bien.
Y mientras en esos precisos momentos hay opiniones que pueden convertirse en una tabla de salvación, otras solo consiguen que los padres duden sobre su capacidad de criar o educar a su propio hijo, y acaben totalmente perdidos acerca de cómo actuar.
Por eso es fundamental que, con el pleno apoyo de la pareja, la madre consiga abstraerse de las opiniones ajenas y escuche a su propio instinto y a su bebé, pues es quien mejor sabrá decirle lo que tiene que hacer en cada situación.
Y si hay momentos en que los padres se sienten perdidos, confusos y preocupados, lo más importante es no compararse jamás con otros, pues cada crianza y cada niño es único, y buscar ayuda. A veces esa ayuda puede venir del pediatra, de una asesora de lactancia, de un grupo de crianza, de un familiar o amigo que no te juzga ni critica... Porque en esos momentos lo que los padres necesitan es que alguien les apoye y les diga: "lo estáis haciendo bien".
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