En algunas ciudades de Asturias (Gijón y Oviedo y pronto Avilés) se está llevando a cabo un programa de voluntariado intergeneracional llamado “Vamos al Parque” que es todo un ejemplo a seguir ideado por la Federación de Asociaciones de Mayores de Asturias (FAMPA) y la Consejería de Bienestar Social.
Desde todos los puntos de vista es una gran idea con la que ambas partes se benefician. Consiste en que las personas mayores de 50 años que así lo deseen pueden dedicar un mínimo de cuatro horas semanales repartidas en dos días al cuidado de niños de entre 0 y 10 años que viven en centros de acogida.
A medida que se van conociendo, la frecuencia de los encuentros puede aumentar para realizar diversas actividades que suelen compartir los niños con los abuelos como leer un libro, ir al parque, al cine, de excursión, acompañarle al médico o simplemente dar un paseo.
Los niños que se benefician de este programa son elegidos por un equipo educativo que empareja al abuelo voluntario con el niño y evalúa el tipo de actividades a realizar fuera del centro. Los requisitos básicos son que no tenga graves problemas de comportamiento ni alguna enfermedad que pudiera suponer un riesgo para la persona mayor.
Como comentaba antes, lo encuentro absolutamentamente positivo para ambos. Por un lado, contribuye a que los abuelos que ejercen de “educadores informales” se sientan útiles y valorados por poder ayudar a los niños, además de sentirse retribuidos por su cariño.
Por el otro, aunque algunos niños tienen su propia familia, el contacto con las personas mayores les ayuda a establecer lazos afectivos y a reforzar la figura del abuelo, una referencia sumamente importante en la infancia.
Vía | Consumer En Bebés y más | ¿Qué es lo mejor de ser abuelos?