Sabemos que el ejercicio es fundamental para una vida más saludable, sobre todo para los más pequeños. Pero ¿nos esforzamos lo suficiente por que nuestros hijos practiquen actividad física habitual? A veces parece más complicado de lo que es, por eso os damos algunos consejos para conseguir que vuestros niños estén en forma.
Lo que tenemos que hacer es facilitarles la práctica deportiva, porque desde que son pequeños se amoldan a nuevas experiencias y lo que para ellos son juegos (y hemos de hacérselo ver así).
Las oportunidades y medios que les demos a nuestros niños para que sean activos no necesitan grandes desembolsos económicos, tan solo ganas de pasarlo bien mediante hábitos saludables y si es junto a ellos, en familia, mejor que mejor. ¿O es que no nos viene bien a nosotros ponernos en forma?
Por lo tanto que les facilitemos esas oportunidades depende de nuestro interés, aunque tanto el resto de la familia, como los cuidadores o el entorno escolar deberían ser conscientes de la importancia que este tema tiene para nosotros, y de esta manera contribuir también a facilitar la práctica de actividad física de otras maneras complementarias.
Empezamos por la necesaria motivación, ya que difícilmente obtendremos beneficios o algún resultado positivo de un niño desmotivado frente a la actividad física. Al niño tiene que apetecerle hacer ejercicio, practicar un juego activo o un deporte.
Además, hemos de transmitirles un mensaje claro, que evidentemente tenemos que creernos nosotros antes: la actividad física y la dieta sana como parte de nuestro estilo de vida son muy valiosos y que contribuyen a que vivamos una vida plena. Por pequeños que sean, cuando empiezan a adquirir el lenguaje están preparados para que les hablemos sobre el tema, a su nivel.
Los regalos con los que sorprendemos a nuestros hijos en cada etapa pueden estar encaminados al ejercicio, a que practiquen juegos activos o deportes (por ejemplo, estas navidades pasadas os dimos algunas ideas de juguetes para moverse. Con unos patines, una pelota, un balón, una bicicleta, una comba... estamos fomentando el juego activo. Si el niño tiene a su disposición todos estos juguetes y no solo, por poner un ejemplo, videojuegos y muñecos, será más fácil que se aficione a moverse, a estar activo, a dejar el sofá para poner a trabajar el cuerpo al tiempo que se divierten.
Cuando les ayudemos a distribuir su tiempo (siempre con cierta laxitud, ya tendrán tiempo de horarios rígidos cuando sean adultos), no olvidemos incluir en el horario tiempo para la actividad física, junto a otros momentos importantes (comidas, deberes en su caso, colegio, lectura...). Estos juegos activos casan muy bien con el tiempo de descanso, de ocio.
Al hilo de lo que acabamos de comentar, hay que poner atención y no convertir los momentos de ocio, que han de ser relajados y divertidos para el niño, en extraescolares obligatorias. Es decir, si al niño la actividad extraescolar (de judo, futbito, natación, patinaje...) le parece un juego divertido y la asume con ganas, estupendo. Pero no pretendamos que nuestro hijo se beneficie de las ventajas del deporte con una extraescolar para la que no está preparado o a la que se siente obligado a ir. Las actividades extraescolares hay que tomarlas en su justa medida, porque si bien es cierto que cuando desciende el número de niños que las practican aumentan los casos de sobrepeso en la población infantil, en exceso o mal escogidas pueden provocar estrés, desmotivación... y en definitiva el efecto contrario al que sería deseable.
En nuestro tiempo de ocio, llevemos a los niños a lugares seguros para que corran, salten, jueguen con la pelota... El parque, las afueras, el campo son algunos de los lugares en los que los juegos activos son posibles. En verano, con las vacaciones, aprovecha para hacer ejercicio en familia.
Interésate por las condiciones de uso de los polideportivos, sus horarios, precios... o de las instalaciones escolares fuera del horario de actividades organizadas, por si es posible hacer uso de ellas. Reivindica, junto a los vecinos de tu localidad, unos precios asumibles o la gratuidad del uso de esas instalaciones.
Hay que informarse en el ayuntamiento de las posibilidades que existen cerca de nuestro domicilio para practicar actividades físicas, recreativas y deportivas, y compartir esta información con los niños por si existe alguna en la que tenga especial interés. Facilítale, en ese caso, la inscripción y asistencia regular.
Pequeños gestos también ayudan a que los peques estén más sanos: id andando al colegio, al parque o a la biblioteca, a hacer la compra... Subid las escaleras en lugar de coger el ascensor.
A veces es complicado sacar de nuestra agenda diaria más horas para llevar y traer a los niños a hacer sus deportes. Pero, ¿has pensado si dedicas tú mismo tiempo al ejercicio? Tal vez convenga pensar que el tiempo en el que nosotros corremos, nadamos o vamos al gimnasio es un tiempo muy valioso para compartir con los niños y el ejercicio o los juegos podemos hacerlos juntos. En otras ocasiones es más complicado, por ejemplo si necesitamos nadar sí o sí y nuestro hijo es pequeño; pero el caso es pensar que nuestro ejercicio no está reñido con el de los niños. Desde que son bebés podemos hacer ejercicio juntos y cuando crecen las posibilidades de que nos acompañen (o nosotros les acompañemos a ellos) se amplían. Si en tu caso resulta que no dedicas nada de tiempo a hacer ejercicio, es algo que hay que cambiar. Difícilmente nuestros hijos entenderán la importancia de la actividad física si no ven nuestro ejemplo (además, nuestro cuerpo también lo agradecerá, el sedentarismo no es bueno para nadie).
Viste a los niños con ropas cómodas que les permitan jugar libremente, si que tengan miedo a las manchas (forman parte del aprendizaje, como dice el anuncio) y tened un par o dos de zapatillas deportivas. Es importante que los pequeños se sientan cómodos (al tiempo que seguros) cuando practican algún deporte o juego activo. Si al pequeño le gusta practicar algún deporte que necesite equipamiento, infórmate de las facilidades para comprar el traje o material necesario y si existen dificultades para conseguirlo todo con el presupuesto familiar, pide a los familiares o amigos que esos sean los regalos cuando llega el cumpleaños, navidad...
En definitiva, podemos hacer muchas cosas para facilitarles a nuestros hijos la práctica física y deportiva y de este modo conseguir que estén más sanos. El desarrollo físico avanza a pasos agigantados a tan tiernas edades, pero recuerda que el desarrollo mental sigue los mismos avances y el ejercicio también les ayuda a estar "sanos por dentro", a ser más felices.
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