Ayer hablamos del primer baño del bebé en la piscina y nos han preguntado si también era aplicable a la playa. Aunque básicamente son los mismos consejos, al ser un entorno diferente, hay algunos matices, así que os daremos también once consejos para que el primer baño del bebé en el mar sea una experiencia para recordar.
Hay muchos padres que consideran misión imposible ir a la playa con un bebé y lo descartan como destino de vacaciones, pero otros aman la playa y no tienen inconveniente en ir con un bebé de apenas meses. Y no hay problema con ello, siempre que se tomen los recaudos necesarios.
En primer lugar, la preparación para ir a la playa con el bebé es mayor, si cabe, que la de la piscina. Los preliminares hasta tener todo lo que podéis llegar a necesitar se hacen eternos, así que simplifica los bártulos y evita el carrito dentro de lo posible. Salvo que sea un cochecito con ruedas grandes apto para andar por la arena, que también os puede servir para llevar en la cesta todo lo que necesitas para tu bebé.
El agua clorada de las piscinas es más perjudicial para la piel del bebé que el agua de mar, por tanto no tiene por qué afectarle. De todos modos, prueba primero si tolera bien el salitre. Aunque suele ser beneficiosa en caso de eczemas y dermatitis, en algunos casos pueden empeorar.
Imprescindible para ir a la playa con un bebé: crema con protección solar si tiene más de seis meses, gorro, pañal de agua, e idealmente gafas de sol.
Procura que sea un momento del día en el que no tenga hambre ni sueño. Tiene que ser una experiencia entretenida para el bebé y no queremos que esté fastidioso. Preferiblemente, por la mañana temprano o por la tardecita cuando el sol ya no pega tan fuerte.
También procura que en el momento de acercarte a la orilla no haya niños corriendo o gritando que puedan mojar o salpicar al bebé.
Debes sujetarlo muy bien en todo momento, no lo sueltes ni un segundo, por más que lleve flotador, manguitos, esté encima de una colchoneta hinchable o una barca.
Al principio, mójale solo los pies. Primero con tus manos y luego mételo poco a poco, sólo en la orilla. Ojo con las olas, pueden ser muy traicioneras, así que no lo metas demasiado.
Juega con tu bebé en el mar. Es un momento muy especial para compartir con tu hijo, así que ¡A disfrutar del baño! Siempre es un buen recurso aprovechar el vaivén de las olas para saltarlas juntos.
No extiendas el baño más de 10 minutos para que no coja frío ni se canse.
Si en algún momento empieza a llorar, sácalo del agua y vuelve a intentarlo más tarde. Tiene que ser una experiencia placentera, no una tortura. Si lo pasa mal, no querrá repetir.
Cuando salgáis del agua, ten a mano una toalla para secar el bebé. Dúchalo con agua dulce para quitarle el salitre y vuelve a secarlo muy bien. Luego cámbiale el bañador y el pañal de agua por uno nuevo y ropa seca para que no se le irrite la piel ni coja frío.
Espero que con estos consejos el primer baño del bebé en el mar sea una experiencia inolvidable y que la repitáis unas cuantas veces.