Sí, lo de hablar del colegio cuando estamos en plenas vacaciones veraniegas y cuando ni pensamos de nuevo en los *madrugones ni en las prisas, es arriesgado. Pero podríamos hablar de nuevas posibilidades y de grandes ideas de cara al nuevo curso, por ejemplo ¿se debería enseñar agricultura en el colegio, como una nueva asignatura para volver a las raíces? Hay quien piensa que sí y tal vez tenga razón.
Cada vez hay más colegios que tienen un pequeño huerto en el que algunos alumnos trabajan y aprenden, en distintos momentos de la semana y en distintas asignaturas, pero hay quien piensa en dar un paso más, enseñar cómo y cuáles son los alimentos a través de una asignatura como la agricultura, una forma también de enseñar a alimentarse mejor a nuestros escolares y por extensión a sus propias familias.
¿Por qué no fusionar la agricultura urbana con la educación primaria? ¿Por qué no tratar de conectar a los niños con la naturaleza en esta época en la que están hiperconectados con la tecnología?
Poco a poco van sumándose escuelas que dejan de plantearse tener jardín y lo cambian por tener un huerto incluso un pequeño invernadero donde cultivar verduras y hierbas tanto aromáticas como medicinales.
Todo son beneficios
Los huertos urbanos cada vez son más frecuentes en terrazas y pequeños jardines particulares. En la escuela es aún más interesante y obviamente mucho más educativo para todos los alumnos porque todos los escolares aprenden los beneficios de cultivar sus propios alimentos, a la vez que están cultivando plantas están aprendiendo y se están educando.
A partir de 3º o 4º de primaria, son los propios escolares los que empiezan a trabajar semanalmente en el huerto. Se organizan turnos y labores y se aprende ciencias naturales, biología, valores,…
Incluso la comida del comedor escolar, la comida que se desecha cada día, se clasifica y se organiza para reciclar la que sea válida para fabricar el propio compostaje con ayuda de lombrices y gusanos.
La mitad del espacio que se emplea es para mesas de cultivo o para el propio huerto, otra parte se puede destinar a los momentos en los que los niños tienen que estar agrupados, recibiendo las explicaciones del profesor sobre lo que van a ver o a hacer sobre el terreno.
Se trata de introducir la agricultura como una asignatura transversal, como un vehículo con el que se tratan otras asignaturas que ya están incluidas en el curriculum educativo y algunas que deberían introducirse como la ecología, el medio ambiente y la alimentación sana y equilibrada para luchar contra la pandemia de la obesidad infantil que tanto daño está haciendo entre los escolares de todo el mundo.
En Roma hay todo un equipo de trabajo que está tratando de desarrollar formas innovadoras para conseguir que los niños tengan más contacto con la naturaleza. Investigadores y diseñadores que están trabajando en el futuro de la agricultura dentro del entorno educativo de nuestros hijos, en sus colegios, para que aprendan que la leche no sale del tetrabrick ni el tomate del lineal del supermercado.
Vía | ecoinventos.com
Fotos | leroymerlin.es (reproducidas con autorización)
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