En la actualidad la mayoría de las mujeres conoce los problemas que puede generar fumar durante el embarazo, como tener un aborto o dar a luz antes de tiempo, producir alteraciones en el feto como nacer con poco peso, sufrir ciertas anomalías congénitas o tener muerte súbita en los primeros días…
No obstante, en los países desarrollados, entre un 13% y un 25% de las mujeres fuma durante el embarazo. Ese porcentaje también está aumentando entre las embarazadas de países ingresos bajos o medios.
Dejar el tabaco durante cualquier etapa de nuestra vida es difícil y muchos expertos señalan que no solo se trata de fuerza de voluntad y se necesita ayuda complementaria en muchos casos.
Las cifras dicen que muchas mujeres consiguen dejar de fumar, aunque después de dar a luz también es fácil recaer. El 50% de las fumadoras vuelven a fumar a los seis meses de haber dado a luz, y un año después la cifra sube hasta el 80%.
Si todas las mujeres embarazadas dejaran de fumar en los Estados Unidos, la cantidad de nacimientos sin vida se reduciría en un 11% y la cantidad de muertes de bebés recién nacidos en un 5%, según estimaciones del Servicio de Salud Pública del país.
No hay una cantidad exacta de cigarrillos que sea segura durante el embarazo. Cuanto más fume una mujer embarazada, mayor será el riesgo para su bebé de nacer con bajo peso. Aun cuando la mujer no consiga dejar de fumar en el primer o segundo trimestre, si lo hace durante el tercero el desarrollo de su bebé puede mejorar.
Es decir, se recomienda dejar de fumar cuanto antes, mejor incluso si se hace antes de lograr el embarazo (entre otras cosas, las posibilidades de quedar embarazada aumentarán si no se fuma).
Pero, ¿es tan fácil dejar el hábito? Pues depende de cada persona, para algunas es un sencillo paso pero a otras les resulta muy difícil o imposible.
¿Las embarazadas que fuman, son irresponsables o son víctimas de una adicción? Pues también dependerá de los casos: si la embarazada es consciente de los daños y no les da importancia, o no hace lo suficiente para dejar de fumar, hablamos de irresponsabilidad. Si es incapaz de dejar el hábito, hablamos de que son víctimas de una necesidad y necesitan ayuda.
Por supuesto, también está el caso de aquellas mujeres que fuman desde el desconocimiento, a las que les falta la información necesaria.
Consejos para dejar de fumar durante el embarazo
Los especialistas recomiendan que las mujeres dejen de fumar antes de quedar embarazadas y que no fumen durante el embarazo y el período posterior al parto. Si tenemos este problema, el médico puede derivar a la mujer a un programa para dejar de fumar adecuado o sugerirle otras maneras de dejar de fumar, antes que decir aquello de “unos pocos cigarrillos son mejor que la ansiedad que produciría dejar de fumar”.
En algunos lugares se promueven distintos métodos para que, en las distintas visitas prenatales, se ayude a dejar de fumar a la embarazada.
Además, hemos de pensar en el bebé y en todo el daño que le podemos hacer: debemos decirnos a nosotras mismas que lo estamos intentando por él, y destacar cada logro.
Realizar ejercicio durante el embarazo reducirá las ganas de fumar y nos aporta muchos beneficios. También puede resultar tener siempre a mano tentempiés sanos de fruta o verdura que nos resulten especialmente apetecibles para reducir la ansiedad.
Exijamos a los que nos rodean que no fumen, haciéndoles partícipes de nuestro esfuerzo y pidiéndoles comprensión y apoyo.
¿Lograré dejar de fumar durante el embarazo?
Hemos de pensar que sí para afrontar la tarea desde el optimismo y la fuerza de voluntad. Los estudios sugieren que ciertos factores aumentan las probabilidades de que la mujer logre dejar de fumar durante el embarazo:
- Haber intentado dejar de fumar en el pasado
- Tener una pareja que no fume
- Contar con el apoyo de la familia u otras personas importantes en su vida
- Conocer los efectos nocivos del tabaco
Sobre algunos de estos factores no podemos incidir, pero sobre otros las instituciones (mediante información a las mujeres, formación de los profesionales…) y la familia (apoyo a la mujer) tienen cierta responsabilidad.
Personalmente no me vi en el caso de necesitar dejar de fumar, pues, aunque era fumadora, las náuseas fueron una gran ayuda, tan solo empecé a sentir aversión por el humo del tabaco (y por otros muchos olores…). De modo que no necesité buscar ayuda, y realmente no sé si los ginecólogos ofrecen alternativas efectivas.
Pero no a todas las mujeres embarazadas les sucede igual y como hemos comentado solo un 20% de las mujeres deja de fumar durante el embarazo. Seguro que, como yo, conocéis los casos de mujeres que afirman que su ginecólogo les dijo eso de que unos cigarrillos son mejor que la ansiedad.
En definitiva, durante los meses de gestación es un tema de vital importancia para la salud de la madre y del feto, y existen campañas informativas para abandonar este hábito, aunque no estoy segura de que existan las ayudas suficientes para las mujeres a las que les cueste dejar el hábito ni en muchos casos la información suficiente.
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