La navidad aún queda lejos pero los regalos siempre surgen en cualquier época del año. Ya sea a nuestro pequeño, porque sí, o al de otros por su compleaños siempre estamos en la duda. Queremos un juguete que le estimule, le entretenga y no sea un trasto más que apilar. Vayamos a por un clásico.
Clásico básico
Cuando no sabemos qué ver en la televisión o qué leer ¿Qué es lo que nunca falla? Un clásico. Han perdurado en el tiempo y son ya imprescindibles, por su calidad claro está. La Pirámide Balanceante podría definirse dentro de los juguetes clásicos para bebés.
Es perfecto para niños a partir de 6 meses aunque peques con menos edad también pueden empezar a experimentar con su colores y formas. El juego es sencillo pero pronto descubriréis, como hice yo, que es de los que más entretienen al pequeño, más que artilugios más sofisticados, repletos de luces y monerías. La cosa es simple: el bebé ha de apilar unos aros por tamaño en una pirámide. ¿Sencillo verdad? Para él, se abre un nuevo mundo y la diversión está asegurada.
Juego de aros
Pocos juguetes me han sido más útiles y utilizados que éste, especialmente al despertarse, cuando lo dejo en su cuna y con él pasa horas y horas. Los aros son fáciles de agarrar y eso y sus brillantes colores lo convierten en una artilugio ideal como pulseras o simplemente para lanzar y comprobar la relación causa-efecto.
Son 6 aros y la pirámide es balanceante para aumentar así la diversión del pequeñuelo. ¿Sencillo verdad? Pues estimulan la vista, la coordinación de manos y vista, el oído, ayuda a diferenciar los colores y los tamaños, contribuye al desarrollo de la destreza manual y de la psicomotricidad.
Los clásicos nunca fallan y esta pirámide balanceante no ha sido más que otro ejemplo de la verdad de esta máxima.
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