El juego tiene como objetivos principales divertir y tener sentido, y cumple un papel fundamental en el desarrollo de bebés y niños. Por eso, cuando el bebé inicia sus primeros juegos, es fundamental responderles.
Al bebé de pocos meses le produce satisfacción comprobar que puede manipular su entorno y obtener respuesta de, generalmente, los padres. Los primeros juegos se dan cuando tira un objeto al suelo y le es devuelto.
Como a los padres este juego también nos produce satisfacción, se convierte en un "placer mutuo" que es lo que da sentido y convierte a ese acto en un verdadero "juego". Ese placer compartido le da el sentido al juego y hará que el bebé tenga energía e ilusión de buscar nuevas interacciones y repetirlas.
Junto a tirar objetos al suelo, las repeticiones de sonidos y sus respuestas, cuando nosotros imitamos sus vocalizaciones y sonidos o viceversa, se convierte en otro momento crucial del juego en sus inicios.
Taparse la cara y descubrirse jugando al "escondite" ante las preguntas de los padres (¿dónde está el bebé, se ha ido? ¡No, está aquí!...) es otro de sus primeros experimentos como impulsor de juegos.
A todos ellos los padres solemos responder con interés y alegría. Pero al revés, si el cuidador o miembro de la familia más en contacto con el bebé tiene problemas biológicos, psicológicos o sociales, si "no puede" gestionar y los primeros juegos del bebé le desbordan y reacciona con impaciencia o se enfada, la respuesta a dichos juegos es predominantemente noes.
Ante esas negaciones, la conclusión de los niños es que no es divertido "jugar" (porque se enfadan los adultos) y no tiene sentido lanzar el sonajero, porque "desaparece" o me riñen, o no importa hacer nuevos sonidos porque no obtengo respuesta a modo de repetición.
Claro que, antes de ese juego "consciente" del bebé, nosotros podemos jugar con ellos, estimulándolos y, aunque de momento no obtengamos "respuesta" evidente, en pocos meses será el bebé el que quiera iniciar nuevos juegos, sus primeros juegos.
El refuerzo que desde los primeros meses se da al juego de los bebés, por parte de sus padres y/o cuidadores es una transmisión de energía y de resistencia que forma la base de futuros juegos en compañía y disfrute. Todo ese refuerzo sólo ocurre si el adulto "disfruta" y estima a los niños que juegan, y los pequeños lo sabrán apreciar como una muestra de afecto más, que, además, les divierte.
Vía | Pediatría Social Foto | chimothy27 en Flickr En Bebés y más | Juegos para el bebé que gatea, Primeros juegos con tu bebé