Reddit se hizo eco de la fotografía el año pasado, pero la imagen ha sido rescatada recientemente por un usuario de Instagram y compartida de nuevo en redes sociales. Se trata del selfie sonriente de una mujer que acaba de dar a luz, mientras su pareja es atendida por los médicos tras un desmayo.
Una imagen cómica y anecdótica que no ha tardado en viralizarse, y que nosotros también os compartimos.
Quiso apoyar a su mujer en el parto, y al final fue él quien necesitó ayuda
Según podemos leer en el diario Daily Mail, es probable que la mujer fuera sometida a una cesárea, pues aparte de llevar la cabeza cubierta por un gorro de quirófano, en la fotografía también puede verse una sábana o tela blanca protectora colocada delante de su cara, una práctica común en los partos por cesárea.
Al fondo observamos a su pareja, un hombre ataviado con mono, gorro y cubrecalzado, que está postrado en el suelo y siendo atendido por tres profesionales sanitarios, uno de los cuales sostiene en brazos al recién nacido.
No cabe duda de que el hombre debió pasarlo fatal instantes antes de caer desplomado, y probablemente, todos a su alrededor se llevaran un buen susto. Pero pasada la angustia inicial parece que la situación le resultó especialmente cómica a la mujer, que no dudó en inmortalizar el momento para la posteridad.
El acompañamiento del padre durante la cesárea
En dos de mis tres cesáreas pude estar acompañada, aunque antes de dejar entrar a mi marido al quirófano el médico le preguntó en varias ocasiones si estaba preparado para ello, pues la situación podía resultar impactante. A mí no me cabía duda de que sabría estar a la altura, pues aparte de tener una gran entereza, no es una persona fácilmente impresionable.
La anestesista le dijo que podía permanecer sentado a mi lado o bien ponerse en pie para ver nacer a nuestro hijo, y él eligió esta última opción. Me agarró la mano y observando con detalle por encima de la sábana, me fue explicando lo que veía, lo que me estaban haciendo y el momento exacto en que iban a sacar a nuestro bebé.
En ningún momento le tembló el pulso ni la voz, y su tono pausado me ayudó muchísimo a tranquilizarme. Todos en el quirófano estaban sorprendidos con su entereza, e incluso el médico se lo reconoció cuando le dio la enhorabuena por su paternidad.
En cambio, yo soy muy impresionable y suelo pasarlo mal si veo mucha sangre. De hecho, aún me sorprendo cuando pienso en cómo he sido capaz de sobrellevar mis embarazos teniéndome que pinchar diariamente heparina, o en cómo he podido pasar por tres cesáreas sin desvanecerme a la hora de hacerme las curas. Por eso empatizo profundamente con lo que le ocurrió a este padre, porque estoy convencida de que a mí me hubiera pasado lo mismo en su lugar.
No cabe duda de que el hecho de que el padre pueda acompañar a la mujer durante el parto o cesárea es muy beneficioso para ambos. Además, a nosotras nos aporta tranquilidad, nos ayuda a sobrellevar mejor el dolor y supone un importante apoyo.
Sin embargo, antes de entrar al quirófano también habría que asegurarse de que no se es especialmente sensible, pues aunque un desvanecimiento en estos casos suele quedar casi siempre en una simple anécdota, no deja de ser un contratiempo que los médicos deben atender en un momento en que la atención está puesta en la madre y su bebé.
Foto | @worthfeed
Vía | Daily Mail