No es la primera vez, ni probablemente será la última, que una mujer es madre cuando, por edad, podría ser abuela (y según dónde hasta bisabuela). Son muchos ya los casos que hemos comentado en Bebés y más y ahora conocemos uno nuevo, el de una mujer holandesa que ha sido madre a los 63 años.
El suceso ha sido posible gracias a la fecundación in vitro, conseguida con la donación tanto de óvulos como de esperma, es decir, sin que la niña que ha nacido herede ningún gen de su madre.
En Holanda existe un límite de edad para realizar tratamientos in vitro, superado por esta mamá hace ya 18 años (o sea, establecido en los 45 años), sin embargo nadie puede prohibir a una holandesa someterse a un tratamiento de fecundación en otro país y esto fue lo que hizo esta mujer, de nombre Tineke Geessink, que viajó a Italia, donde existe una clínica en la que trabaja un polémico ginecólogo italiano llamado Severino Antinori.
Digo polémico porque apareció en la televisión pública holandesa comparando a sus colegas holandeses con los “talibanes” por limitar la edad de fecundación y no permitir a mujeres de edad avanzada ser madres con estos tratamientos.
La mujer dio a luz por cesárea a una niña y declaró en la televisión de su país que todo respondía a su “profundo deseo de ser madre y que esperaba que tanto su hija como ella pudieran “disfrutar juntas durante mucho tiempo”.
Una vez más se crea un profundo dilema ético con un caso como este por diversas razones. Para empezar, tener un hijo o no es una decisión muy personal, eso está claro, sin embargo, es una decisión que no sólo afecta a la persona que da a luz, sino también a la persona que nace.
No es lo mismo tener un hijo con 25 años que con 45 y mucho menos es lo mismo tenerlo con 63 años. La esperanza de vida en Holanda es de 82 años. Esto quiere decir que es posible que su hija se quede sin madre (padre no tiene, pues la mujer es soltera) con 19 años (quizás antes o quizás después), debiendo ser conscientes de que las personas no están sanas y un buen día se van, sino que en los últimos años de nuestras vidas la calidad de vida tiende a descender fruto de la suma de diversas enfermedades crónicas que van apareciendo a medida que pasa el tiempo.
Sin embargo, por otro lado, es preciso pensar que en los años que ambas puedan compartir, quizás esta madre sea capaz de ofrecer a su hija lo mismo, o más, que cualquier otra madre del mundo, más si tenemos en cuenta que a los 65 años podría jubilarse y dedicar todo su tiempo a su hija, algo que no todas las madres pueden decir.
En fin, mientras sigan apareciendo médicos y ginecólogos capaces de luchar contra las leyes de la naturaleza seguirán dándose casos como éste, que esperemos que no acabe como el ya conocido de Carmen Bousada, la mujer que tuvo gemelos a los 67 y falleció dos años y medio después de ser madre.
Foto | Oksidor en Flickr
Vía | Uno más en la familia
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