Si todo va bien, dentro de pocos días seré mamá por segunda vez. Podría decirse que un segundo embarazo no tiene por qué parecerse al primero en cuanto a los cambios físicos, y en mi caso también en cierto que ha habido muchas diferencias en cuanto a las sensaciones con mi primer embarazo.
Algo que me ha parecido muy diferente es la confianza con que afronto los cambios físicos, las molestias, porque son algo ya conocido. La confianza ante el momento del parto es diferente, pues sigo ante la incertidumbre de saber lo que me espera, pero digamos que ahora tengo menos miedo, puede que también porque lo piense menos…
La conexión con el bebé también resulta diferente: ahora es más fácil hacerse a la idea de quién hay ahí dentro, sé cómo va a ser verla por primera vez, sé que podré sentirla, hablarle, tocarla y mimarla, sé lo que es el vuelco en tu vida desde el primer momento en que la ves y la oyes, es decir, ya sé lo que se siente al tener un hijo.
Por esa misma razón en este segundo embarazo me ha sido más fácil hablarle al bebé, acariciarla desde la tripa, o si se quiere, lo he hecho de un modo más natural y espontáneo.
No puedo evitar sentir cierto miedo, incluso diría que lástima, porque pienso que no podré prestar toda la atención que necesita mi hija mayor, tan pequeña todavía. ¿Es que la estoy destronando antes de hora?
La gente comenta que es muy pequeña para darse cuenta del cambio, para tener celos… Pero ella es muy consciente de todo lo que pasa a su alrededor y sé que sí lo va a notar. Hace poco se puso a llorar de repente cuando me vio coger y mimar a un bebé pequeñito… Me da miedo no poder atenderla plenamente, aunque imagino, sé, que lo que haré será “multiplicarme”.
El hecho de que tenga que separarme de ella durante unos días, la estancia en el hospital, también me preocupa, porque nunca hemos pasado una noche si estar juntas. La verdad es que me preocupa hasta que me vea llorar cuando venga a verme y a su hermanita, porque es verme llorar, aunque sea de alegría, y cogerse a mi pierna llorando ella también “Mamá, mamá, mamá...”. Pero bueno, será sólo un momento, el momento de verlas a las dos juntas.
Otra de las sensaciones es que todo el mundo se preocupa menos por ti, te pregunta menos. Haber pasado por un embarazo hace tan poco tiempo y que todo transcurriera con normalidad imagino que tiene mucho que ver en esto. No significa que sea malo, pues en ocasiones la insistencia podía llegar a cansar en el primer embarazo, pero sí que se echa de menos en ocasiones (sobre todo cuando por una o por otra razón no te encuentras demasiado bien).
Imagino que alguna de estas sensaciones estarán compartidas por otras mamás, otras tendrán sentires diferentes y es que, es verdad, cada embarazo es un mundo, incluido otro embarazo en la misma mujer.
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