Parece que la contaminación de mercurio en el pescado es una cuestión a la que debemos poner atención los consumidores, especialmente los padres de niños pequeños, las mujeres embarazadas y las madres lactantes.
El problema a alcanzado una magnitud tal que la Comisión Europea se plantea seriamente regular la información que ofrece el etiquetado a los consumidores, especialmente la que se refiere al contenido de mercurio en el pescado, como el atún y el pez espada.
El Grupo Mercurio Zero , que trabaja en relación con el European Enviroment Burea inició una campaña que tiene como objetivo reducir a cero las emisiones de mercurio al medio ambiente y ha solicitado que el etiquetado de los productos alimentarios lleve una leyenda que indique “Contiene metilmercurio. No recomendado para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, mujeres en edad fértil y niños”. En ausencia de lista de ingredientes, el texto acompañaría el nombre del alimento.
Hoy por hoy la Dirección General de Salud y Protección del consumidor de la Unión Europea recomienda que las mujeres en periodo de lactancia o que prevean quedarse embarazadas limiten su consumo de pescados como el pez espada, el tiburón, el mero o el atún.
En Europa, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria señaló que el umbral de riesgo (1,6 nanogramos/kg de peso corporal a la semana) y lanzó un aviso especial a las madres de bebés lactantes y niños de corta edad.
Las mujeres que podrían quedarse embarazadas, las mujeres que están embarazadas o las mujeres que son lactantes no deberían comer más de una pequeña porción menor de 100 gramos a la semana de pescado proveniente de las especies predadoras aunque del atún se permiten dos porciones semanales.
Los grandes peces depredadores, como el pez espada, el tiburón, y el atún, acumulan grandes niveles de mercurio que ingieren a lo largo de su vida, pero no son las únicas y la Unión Europea informa con frecuencia de la presencia de mercurio por encima de niveles recomendados en otras especies, entre ellas las siguientes: abadejo, marrajo, mero, pargo, pez espada, pintarroja y diferentes tipos de tiburones.
La contaminación de mercurio en el pescado que consumimos se debe a que es un metal que no se elimina y que va acumulándose en la cadena trófica, siendo más abundante en los peces predadores que viven más años.
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