Hace unos días traíamos a nuestras páginas un estudio que relacionaba la natación para bebés con el incremento del riesgo de padecer enfermedades pulmonares, un tema que suscita bastante atención, ya que la matronatación es cada vez más frecuente. ¿Qué dice la Asociación Española de Pediatría acerca de los riesgos de la cloración de las piscinas para bebés?
Al acudir en busca de la respuesta, para mi sorpresa encontré que los autores del estudio que mencionábamos (dirigido por el doctor Alfred Bernard, profesor de toxicología de la Universidad católica de Lovaina) ya habían publicado algunas investigaciones similares anteriormente. La Asociación Española de Pediatría se posicionó al respecto en 2006 tras saltar la polémica con dicho estudio.
En 2006 la AEP publicó dos informes elaborados por los Dr. J. Elorz y C. González, de la Unidad de Neumología Infantil del Servicio de Pediatría del Hospital de Basurto. Una nota informativa destinada a pediatras y la otra de carácter divulgativo a los padres en general, aunque el resumen de ambas es claro:
Como resumen de la revisión científica realizada, se puede concluir que está demostrada la relación entre el aumento de la prevalencia de asma y la práctica de la natación a nivel profesional, pero [en la actualidad, 2006] no hay evidencia de que el riesgo de padecer asma aumente en los niños que acuden a las piscinas, siempre que en éstas, existan unos niveles de cloración del agua dentro de los limites establecidos y que la aireación de las instalaciones sea adecuada.
Han pasado cuatro años, y de momento la AEP no se ha vuelto a posicionar al respecto. Pero también señalaban que la metodología empleada en el estudio había sido fuertemente criticada por otros autores, y que había estudios que relacionaban esos riesgos pero tomando nadadores profesionales adultos como muestra.
Recordemos que la investigación actual, "La natación infantil en piscinas tratadas con cloro y los riesgos de bronquiolitis, asma y alergia", ha evaluado 430 niños pequeños.
Las conclusiones del estudio señalaban que es muy probable que la irritación de las vías aéreas que producen los derivados del cloro aumente la vulnerabilidad de los bebés a la bronquiolitis. Por lo tanto, la infección y la exposición crónica al cloro interactuarían para elevar el riesgo infantil de desarrollar asma y alergias en el futuro.
Según se desprende del informe de la AEP, el riesgo está en los desinfectantes de cloro y sus derivados, que son irritantes poderosos para la piel y las vías aéreas. Pero si el nivel de cloro está controlado, la aireación del recinto es efectiva en el caso de pisicinas cubiertas, o se emplean otros métodos para depurar el agua, el riesgo no existe.
De cualquier modo, estos estudios mencionados no son los únicos que llegan a conclusiones similares. Ahora nos faltaría saber qué tienen que decir los profesionales de la AEP a esos nuevos datos.
Mientras tanto, la recomendación sería no renunciar a los beneficios de la matronatación, pero en piscinas especialmente preparadas para bebés y niños, que cumplan los niveles de cloración normativos y que estén en un recinto bien aireado, o escoger piscinas que empleen otros sistemas de depuración e higiene, sobre los que hablaremos próximamente.
Vía | Aeped En Bebés y más | Los niños que abusan de los baños en piscinas tienen más riesgo de padecer asma y alergias, Atención al exceso de cloro en las piscinas