Día del Padre: Hoy solo quiero besos y abrazos

Día del Padre: Hoy solo quiero besos y abrazos
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Hace cinco días fue mi cumpleaños, y hoy es el Día del Padre aquí en España, así que mis hijos llevan unos días un poco presionados por aquello de que a papá hay que felicitarle en dos ocasiones, y regalarle algo en dos ocasiones. Sobre todo Aran, el mediano, que hace cosa de una semana ya me mostró esa inquietud: "Papá, me gustaría regalarte algo. Pero no sé qué quieres, y yo no tengo dinero".

"¿Sabes qué me encantaría? Que me dierais un abrazo enorme y un beso también enorme. No necesito nada más, y eso me hace muy feliz". Pero él se quedó un poco descolocado, y tuvimos que hablarlo un rato.

Aran y su mundo interior

Aran tiene ocho años y, aunque de los tres es el más "echao p'alante", el más sociable, el más gamberrete también, y el que más problemas nos ha dado en muchos sentidos, es el más empático, el más sensible con los demás y el más cariñoso.

Lo que pasa es que a menudo guarda todas estas características en un enorme mundo interior que solo muestra de vez en cuando, cuando siente que puede ser él mismo. Mientras tanto, intenta destacar, intenta ser reconocido, intenta ganarse la simpatía de la gente con su gracia, simpatía y verborrea, y a veces con elecciones discutibles (aquello del dejarse llevar); y lo consigue: es tremendamente querido por mucha gente.

Pero él sigue pensando que no es el mayor, que no vino primero y no tuvo unos años de exclusividad con papá y mamá; y sigue pensando que no es el pequeño, que llegó al final para ser siempre "el pequeño". Se quedó ahí en medio, y cuando solo tenía tres años ya tenía un hermanito que necesitaba muchas atenciones de papá y mamá.

Y a veces piensa, siente, que eso le ha perjudicado, y que le queremos menos por ello. Y a mí me parte el alma, claro. Por eso, cuando me hizo esa pregunta, se lo dije claro: no hay nada que quiera más, que tus besos y tus abrazos.

Hoy, cuando llegue, sólo quiero tus besos y tus abrazos

Aranarmando2

He pasado el fin de semana en Ciudad Rodrigo, una ciudad preciosa donde he conocido a gente magnífica, porque ayer di una charla titulada "Ser padre con sentido común" (de vez en cuando, desde mi página, imparto talleres y me llaman para dar charlas para madres y padres). Y esta tarde volveré a estar con ellos.

No sé si cuando llegue me habrán comprado algo, o me habrán hecho algo con sus manos, pero lo que quise dejarle claro el otro día es que yo no necesitaba que se preocupara demasiado por ello, porque regalar es algo que lo puedes hacer cualquier día, si lo sientes, y no solamente los días señalados.

- Pero papá, un beso y un abrazo te lo puedo dar todos los días. No es algo especial.
- Para mí sí, Aran. Para mí es muy especial, porque me carga las pilas (tantas veces le he dicho esto que cuando me abraza dice que me está pasando energía).
- Ya, pero igual te podríamos comprar algo. Los regalos se compran.
- Si ves algo que pienses que me puede gustar, está bien, habla con mamá. Pero también podéis hacer algo con vuestras manos: no hace falta que todo lo que se regale sea comprado. Pero oye, que tampoco hace falta; quiero que sepas que para mí, lo más importante, es sentir que me queréis mucho. Y aunque todos los días me podáis dar besos y abrazos, con eso soy el hombre más feliz del mundo.

Feliz Día del Padre a todos los papás. Espero que hoy recibáis muchos besos y muchos abrazos, que los estrujéis fuerte entre vuestros brazos, cerréis los ojos, no los soltéis en un rato y lo sintáis. Esos abrazos que provocan suspiros, cuando inspiras para quedarte incluso con su olor intentando memorizarlo para no olvidarlo nunca.

No hay nada en el mundo mejor que eso.

Foto de portada | Mireia Comas

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