Hace unos días la modelo Gisele Bündchen compartía en su Instagram una foto en la que aparece dando el pecho a su hija mientras trabaja. Vestida con un albornoz, amamanta a su hija al tiempo que un equipo de profesionales la está maquillando, peinando y haciendo la manicura. La fotografía enseguida se hizo viral recibiendo alabanzas pero también muchas críticas (empezando por los que dudan que a eso se le pueda llamar trabajar) y numerosos medios de comunicación se han hecho eco de ella.
La modelo se presenta como una madre todoterreno, capaz de compaginar trabajo y crianza en primera persona, y se posiciona a favor de continuar con la lactancia materna todo el tiempo que ambas quieran.
Lo que me gusta de la foto: una famosa que practica una crianza diferente
Al poco de nacer su primer hijo, Gisele declaraba que todo lo que quería ser en la vida era ser una buena madre. Que aunque no pensaba dejar su trabajo, sí que iba a adaptarlo para poder cuidar de su hijo personalmente y de la manera en la que ella pensaba que era más apropiada.
Desde entonces, a Gisele la hemos visto en numerosas fotos usando una mochila ergonómica con su bebé (aunque también la vimos usándola subida en un Quad, una ocurrencia nada recomendable), la hemos leído en varias ocasiones a favor de la lactancia materna prolongada, declarándose una entusiasta de la maternidad...
¿Qué vemos en esta foto? Una mamá que ha decidido no llevar a su hija a una guardería o dejarla con una cuidadora. Una mamá que puede estar con su hija y trabajar al mismo tiempo. Una mamá que da el pecho a demanda a una bebé que camina y tiene dientes. Una mamá que no se esconde ni se tapa para dar el pecho pero tampoco se exhibe, demostrando que se puede dar en cualquier sitio sin escandalizar a nadie. Una mamá que cuida en primera persona a su bebé, a pesar de que ya tiene más de un año, edad para algunos ya más que suficiente para prescindir de todos estos cuidados. En definitiva, una mamá criando de una manera diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.
Creo que es muy de agradecer que cada vez más personajes públicos visibilicen y normalicen temas que hasta ahora han sido invisibles o tabú, como la lactancia prolongada o el colecho o la nula necesidad que tienen de ser escolarizados tempranamente. Cuando estamos acostumbrados a ver bebés llevados en carísimas pero peligrosas mochilas colgonas, bebés llevados en un coche de lujo pero sin usar silla que les proteja, famosas que escriben libros dando consejos más que dudosos sobre crianza... se agradece que una de estas famosas plantee abiertamente otra forma de hacer las cosas y, al menos, se abra el debate.
Porque, aunque pueda parecer lo contrario, aunque muchas familias estén dentro del armario, lo cierto es que existen muchas maneras de criar. Aunque a pie de calle se escuchen casi siempre los mismos consejos que van en la misma línea de siempre, hay una minoría cada vez menos silenciosa que vemos las cosas de otra manera. Y si alguien nos presta su voz para que poco a poco esta sociedad vaya abriéndose a otros enfoques, bienvenido sea.
Lo que no me gusta de la foto: una maternidad dificilmente alcanzable
Gisele es afortunada. Aunque en la foto claramente se observa una composición y una pose estudiadas y nada espontáneas, es evidente que la vida que lleva no es la del común de los mortales. Como ella misma dice, sin el equipo que tiene a su alrededor apoyándola, ayudándola a hacer compatible trabajo y crianza a su manera, nada sería posible. Es afortunada, sobre todo, porque es libre para hacer lo que quiere.
Yo tengo fotos como la suya. O casi. Solo que en vez de lucir un esponjoso albornoz puede que esté en chandal, incluso en pijama, con el pelo hecho una pena (no hablemos ya de las uñas), con el niño mamando en una postura imposible mientras atiendo a un cliente por teléfono e intento contestar un correo urgente al mismo tiempo. Desde luego mi cara no suele ser la cara de relax que tiene Gisele en esa instantánea, sino más bien la de una madre que mal-duerme, mal-come y va camino de perder la cabeza. Y eso que yo también soy muy afortunada. Para miles de madres españolas, esta escena es absolutamente impensable: ¿tener al bebé en la oficina y darle de mamar?
El peligro de fotos como ésta es terminar interiorizando un mensaje tan idílico, tan poco realista. Es parecido a creerse las fotos promocionales de maquillaje donde aparecen caras sin un solo poro ni una sola línea de expresión. O anuncios de ropa con modelos con unas medidas casi imposibles o películas y series americanas que muestran un día a día familiar edulcorado. Que aunque seamos todos mayorcitos, a base de recibir estos mensajes día tras día, a veces subliminalmente, acaban calando.
El peligro que tiene la foto de Gisele Bündchen dando el pecho a su hija mientras trabaja está, a mi parecer, en ponerse el listón muy alto, tan alto que cualquier otra maternidad nos parezca insuficiente. Que al peso de la responsabilidad que supone criar un hijo y atender las tareas diarias le impongamos también el de una maternidad perfecta que en realidad nadie nos está exigiendo.
Al ver la foto no he podido pensar en las madres que no pueden más. En alguna amiga mía, en mi misma, en como una imagen tan idílica choca de bruces contra una realidad a veces durísima, de una maternidad que no es de color de rosa.
Foto | Gisele Bündchen en Instagram Vía | Gisele Bündchen le da el pecho a su hija mientras trabaja En Bebés y Más | Madres e hijos, una historia de la conciliación