
Seguro que te ha pasado: lavas las fundas de las almohadas, pero cuando las retiras, ahí están… esas manchas amarillas que parecen no irse nunca. Y claro, cambiar de almohada constantemente no es la solución.
¿La buena noticia? Hay un truco casero, poco conocido pero sorprendentemente efectivo, que devuelve a tus almohadas su blancura original: la aspirina.
Sí, has leído bien. Ni bicarbonato, ni vinagre. Aspirina. Un elemento que seguro que todos tenemos en casa y que ayuda a eliminar manchas de sudor, grasa y acumulación de bacterias.
Las manchas amarillas en la almohada: ¿por qué aparecen?
Las manchas amarillas en las almohadas suelen ser el resultado de una combinación de sudor, grasa corporal, saliva, acumulación de células muertas y humedad. A lo largo del tiempo, estos elementos penetran en el tejido y se oxidan, volviéndose cada vez más visibles.
Así, los factores principales que causan las manchas amarillas son:
1. Sudor nocturno: Aunque no lo notemos, todos sudamos mientras dormimos. El sudor contiene sales y minerales que, al acumularse, dejan manchas amarillas en la tela.
2. Grasa natural de la piel y el cabello: Nuestra piel produce aceites que se transfieren a la almohada con el tiempo. Si usas cremas o aceites faciales, esto también puede contribuir.
3. Saliva: Si sueles dormir con la boca abierta, la saliva puede filtrarse en la almohada, dejando residuos que con el tiempo se tornan amarillos.
4. Humedad y falta de ventilación: Un ambiente húmedo favorece la proliferación de bacterias y hongos, que pueden oscurecer las manchas.
5. Uso prolongado sin lavado frecuente: Cuanto más tiempo pase sin limpiarse, más profundas se vuelven las manchas, ya que los residuos se fijan en el tejido y se oxidan.
Por qué funciona este truco y cómo aplicarlo
Volviendo al truco para limpiarlas, la aspirina (ácido acetilsalicílico) actúa como un blanqueador suave y un potente descomponedor de grasas.
Este elemento crea una reacción con el agua caliente que deshace las manchas incrustadas sin dañar las fibras del tejido. Pero, ¿cómo usar la aspirina paso a paso?
1. Machaca cinco aspirinas hasta hacerlas polvo y disuélvelas en agua caliente.
2. Sumerge la zona manchada de la almohada en la mezcla y deja actuar durante una hora.
3. Frota suavemente con un cepillo de dientes viejo para ayudar a remover la suciedad.
4. Lava la almohada en la lavadora con tu detergente habitual y un poco de agua oxigenada (opcional para potenciar el efecto).
5. Seca al sol para obtener un blanqueamiento extra gracias a la acción natural de los rayos UV.
En el caso de que la almohada no quepa en un recipiente, es decir, si no la puedes sumergir entera, empapa un paño en la mezcla y frótala directamente sobre la mancha. Deja actuar y luego lava con normalidad.
¿Funciona con todo tipo de almohadas?
Este truco es ideal para almohadas de algodón, poliéster y viscoelásticas con fundas lavables. Para almohadas de plumas, es mejor aplicar solo en la superficie, sin empaparlas demasiado.
Un extra para prevenir manchas en el futuro
Una vez que tus almohadas estén impecables, evita que vuelvan a mancharse con estos consejos:
- Usa fundas protectoras transpirables y lávalas cada 10 días.
- Ventila la habitación para reducir la humedad y la acumulación de bacterias.
- Si sudas mucho por la noche, coloca una toalla fina sobre la funda y cámbiala con frecuencia.