Las personas que nunca contestan al móvil tienen un rasgo de personalidad en común, según la psicología

Las personas que nunca contestan al móvil tienen un rasgo de personalidad en común, según la psicología
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Todos conocemos a alguien que nunca contesta al móvil. Da igual cuántas veces llames, siempre acaba respondiendo por WhatsApp o, directamente, no responde.

Puede parecer una costumbre sin importancia, una cuestión de comodidad o un rasgo de desinterés. Pero la psicología ha detectado que, detrás de este hábito (y cuando no se trata de simples despistes o de no estar atento nunca al móvil, que también puede ocurrir), hay algo mucho más profundo: un rasgo de personalidad muy concreto.

Ansiedad social y el "pánico al teléfono"

Así, las personas que evitan las llamadas comparten, en muchos casos, un alto nivel de ansiedad social. Esto significa que sienten un malestar intenso ante situaciones sociales donde no pueden controlar su imagen, sus palabras o sus reacciones. Y el teléfono es uno de esos escenarios donde ese miedo se dispara.

Un estudio publicado en la revista Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking analizó esta relación con datos muy interesantes. En una muestra de 158 participantes, descubrieron que las personas con ansiedad social evitaban activamente las llamadas de voz y preferían la comunicación escrita, como mensajes de texto o WhatsApp.

¿La razón? Escribir un mensaje permite pensar, corregir y controlar cada palabra. En cambio, una llamada es imprevisible, rápida y expone a la persona en tiempo real.

Un estudio reveló que personas con ansiedad social evitan activamente las llamadas de voz y prefieren la comunicación escrita, como el WhatsApp.

Lo más interesante es que, según este estudio, las personas con ansiedad social no son necesariamente frías o distantes. De hecho, valoran mucho el contacto íntimo y la conexión emocional. Pero necesitan protegerse de la incomodidad que les genera una conversación espontánea, sin filtro y sin margen para preparar las respuestas.

Las personas que se sienten solas sí prefieren las llamadas de voz

Curiosamente, el mismo estudio mostró que las personas que se sienten solas suelen preferir las llamadas de voz antes que los mensajes. Para ellos, escuchar la voz de alguien genera una sensación de cercanía y calidez que no encuentran en la comunicación escrita. Es decir, el teléfono es un puente para combatir la soledad.

En cambio, para quienes tienen ansiedad social, el teléfono es una amenaza. Cada llamada se convierte en una pequeña prueba social, cargada de tensión. Por eso evitan descolgar, dejan que el móvil suene o incluso bloquean llamadas de números desconocidos.

El efecto de la era digital: así influye

Un segundo estudio, publicado en Communication Research Reports, profundizó en un concepto clave: la ansiedad telefónica. Esta es una forma específica de aprensión que surge solo al hacer o recibir una llamada.

El estudio demostró que esta ansiedad telefónica es más común entre personas que dependen en exceso de las comunicaciones digitales escritas: chats, correos, mensajes de texto. Cuanto más acostumbrada está una persona a comunicarse sin voz ni contacto directo, más incómoda se siente al tener que contestar una llamada.

Este fenómeno ha crecido de forma acelerada en la era de WhatsApp, Telegram y otras plataformas digitales. En cierto modo, la escritura ha desplazado a la voz como herramienta principal de comunicación. Y eso, para las personas con ansiedad social, es un alivio.

No es mala educación o desinterés, es miedo social

Así, si alguna vez te has frustrado porque alguien no te coge el teléfono, recuerda esto: es muy probable que esa persona esté gestionando su propia ansiedad.

En estos casos no es pereza, desinterés o despiste (estas personas también existen, pero es otro caso), sino que es un reflejo de su forma de protegerse ante situaciones sociales que perciben como amenazantes.

Lo que para algunos es una simple llamada, para otros es un pequeño abismo. Por eso, si realmente quieres conectar con esa persona, tal vez el camino sea aceptar su modo de comunicarse y adaptar el canal a lo que le hace sentir más cómoda. A veces, un mensaje escrito es mucho más cercano que una llamada no deseada.

Foto | Portada (Freepik)

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