Vivimos tiempos difíciles, cada vez más, en los que ya no hace falta mirar a países vecinos para ver a gente pasar mucha hambre y mucha necesidad. Gracias a la solidaridad de la gente se están iniciando campañas organizadas (y otras acciones de manera individual, por supuesto) que tienen como intención ayudar a los demás.
Una de estas campañas, que me ha llamado la atención especialmente, es la llamada "Dona un biberón", que se ha llevado a cabo en Galicia y que tiene como fin conseguir leche de inicio, biberones, chupetes, pañales y cosas de este estilo para las familias más necesitadas. No es que quiera yo criticar a alguien que trata de ayudar, porque alabo el trabajo realizado, pero creo que es una campaña mejorable porque como se dice habitualmente: "no me des peces, enséñame a pescar".
"Dona un biberón"
La mencionada campaña fue iniciada por la Fundación Amigos de Galicia (a quien aprovecho para mandar un caluroso abrazo en agradecimiento por todo lo que están haciendo) y se inició con el objetivo de ayudar a 39 bebés de familias con pocos recursos.
Hicieron un llamamiento general al que se sumaron diversos municipios de la zona y han conseguido, hasta la fecha, 250 euros, 47 botes de leche de inicio para bebés menores de seis meses, seis chupetes, trece tetinas, ocho botes de leche de continuación, cinco paquetes de cereales infantiles, otros cinco de pañales, toallitas de bebé, tres botes de jabón, uno de colonia, un biberón y tres cremas hidratantes para bebés.
¿Y cuándo se acaben los peces?
Los logros son geniales y seguro que ayudarán a esos 39 bebés menores de seis meses durante unos días (más o menos les toca un bote de leche a cada uno) pero, ¿y cuándo se acabe la leche? ¿Y cuándo se acaben los peces?
Amamantar a un bebé es una de las mejores cosas a nivel de nutrición y salud que unos padres pueden hacer por su bebé. Si esto es así en el primer mundo, incluso cuando podemos comprar cualquier otro alimento, imaginad lo positivo que puede llegar a ser cuando no hay recursos (en el tercer mundo, o aquí y ahora, en estos momentos en que hay quien no tiene ni para comprar leche artificial). Es una cuestión económica, pues la leche materna es gratis, y además es una cuestión de salud para el bebé, que tendrá las defensas que necesita para afrontar las dificultades futuras.
Como he dicho más arriba, aplaudo y alabo el trabajo de estas fundaciones y de toda persona que ayude de manera desinteresada a los demás pero, en esta ocasión, debería intentarse enseñar a pescar a los padres, y por eso en vez de donar un biberón, lo interesante sería donar un sacaleches, o no donar nada y simplemente proporcionar a las madres la ayuda de asesoras de lactancia o profesionales de la salud que sepan qué es una relactancia (si la madre ha dado el pecho pero lo dejó), o que sepan cómo pueden ayudar a una madre a inducir una lactancia (si la madre nunca amamantó pero ahora va a empezar a hacerlo).
Con una ayuda de este tipo, que precisa de menos recursos, se consigue mucho más, que las madres "fabriquen" el alimento de sus bebés. En tiempos de crisis y en estos casos de familias necesitadas, no se me ocurre mejor ayuda que ésta para el bebé y para la familia.
Vía | Faro de Vigo Foto | pfly en Flickr En Bebés y más | Se aconseja no enviar leche de fórmula a Gaza