Ni los niños se crían bien por estar gorditos, ni queman todo lo que consumen. La alimentación infantil también arrastra sus falsos mitos, que se transmiten de generación en generación.
Así lo asegura el Dr. Luis López Tallaj, experto en medicina preventiva, quien considera fundamental el enfoque preventivo en la alimentación de nuestros hijos.
Nos gusta su enfoque, así que le hemos pedido que nos explique qué debería incluir el menú de nuestros hijos en esta vuelta al cole.
La familia, una escuela para aprender a comer
El autor del libro 'Come y crece', opina que "algunas de estas creencias tan asentadas se deben a una manipulación intencionada, una mentira fabricada por la industria alimentaria y distribuida masivamente por la publicidad".
- Para el experto en medicina preventiva y cirujano plástico, debemos cuidar la alimentación de los más pequeños desde el embarazo, controlando la dieta materna para evitar la obesidad infantil.
Según explica el experto, un exceso de kilos en la embarazada puede favorecer el nacimiento de bebé macrosómico (con un peso mayor de 4´5 kilos), con una predisposición al sobrepeso.
Además, añade que también es importante una correcta y equilibrada alimentación durante la lactancia materna, puesto que la inmunidad del bebé se puede ver comprometida.
Y, una vez que el niño comienza a comer sólidos, es fundamental una planificación familiar de la comida: equilibrada, libre de azúcares industriales y alimentos procesados, rica en frutas, verduras y pescado, con un control de la carne magra.
La casa, según el doctor, es una escuela para aprender a comer porque "la obesidad depende un 30% de la herencia genética y un 70% del estilo de vida".
Aunque no tengamos las nociones básicas de nutrición, "tenemos que buscar información por el bien de nuestros hijos, y aplicar ese aprendizaje a los menús en el hogar”.
- Fuera del entorno familiar, la clave está en el colegio. No solo es necesario crear conciencia, sino alcanzar acuerdos entre padres, autoridades sanitarias y educativas y los centros para elaborar los menús semanales en base a productos de alto valor nutricional. Por supuesto, sin procesados y con restricciones al azúcar industrial.
Cómo elaborar el menú para el curso 2029-2020
1) El primer propósito que debemos cumplir en esta vuelta al cole 2019 es eliminar de la comida de los niños los llamados falsos alimentos sanos: zumos industriales, con altos niveles de azúcar o los cereales procesados, que incluso los padres metemos en barritas en la mochila escolar.
Estas meriendas o snacks para la hora del recreo elevan el índice glucémico, según advierte el doctor:
“El organismo se encarga rápidamente de procesar el metabolismo de estos carbohidratos de absorción rápida que estamos recibiendo, descuidando el procesamiento de las grasas que se van depositando en diferentes áreas del cuerpo. Así es como aparece la obesidad a mediano y largo plazo.”
2) El segundo punto, indiscutible, es el del equilibrio nutricional y la variedad, aspectos que permite la dieta mediterránea, pero, sobre todo, la española. Poder comer de manera natural con los productos estacionales es más fácil y accesible que en otros lugares.
3) En tercer lugar, hay que fijarnos objetivos específicos para nuestros hijos, a sus características y hábitos de vida.
Hemos de tener siempre presente que el niño es un ser activo por naturaleza, que consume energía y que el combustible de esa energía la aportan los alimentos, en especial los que son ricos en Vitamina B12. Aquí está la base de la dieta: huevos, aves (pollo y pavo), pescado y carne roja.
Los frutos secos, que tienen un elevado nivel de Vitamina B12, se incluirán dependiendo la edad del menor, según riesgo de atragantamiento y posibilidad de reacción alérgica.
Esta vitamina también es esencial en la producción de los glóbulos rojos sanguíneos, que transportan el oxígeno a los tejidos.
No podemos olvidar tampoco que el niño de hoy vive pegado a las pantallas y hasta estudia con ellas, por lo que hemos de preocuparnos por su salud visual.
La protegen las Vitaminas A y E, presentes en algunas verduras y hortalizas, que deben estar sí o sí, en la dieta: lechuga, pimientos, brócoli y zanahoria. También en frutas como el mango, el melón o el albaricoque.
Otra vitamina, la B2 participa en la formación del colágeno, el “pegamento” natural de nuestro cuerpo. Los más pequeños están en pleno desarrollo y para producir tejido, durante el crecimiento, necesitan esta sustancia.
La B2 se encuentra en las berenjenas, el salmón, las espinacas y el cordero.
Para “comer y crecer“ también son importantes los folatos, activos participantes en la creación de nuevas células y, por lo tanto, de tejido. De nuevo la espinaca aparece como necesaria en los platos de los escolares, acompañada de la remolacha y el aguacate.
Con el objetivo de fortalecer los huesos, nada mejor que los champiñones y las setas de temporada (siempre en mercados o cogidas con ayuda de un micólogo), las sardinas, el atún y los mariscos crustáceos.
Y, cómo no, no podía faltar la vitamina C, para aquellos en pleno proceso de inmunización contra virus y bacterias. En las mochilas hay que incluir naranjas y mandarinas y, en el plato, piña, kiwi, papaya y melón.
¿Qué comer en los cumpleaños?
En Primaria, se celebra casi un cumpleaños al día. Y los niños llevan caramelos y chuches a clase el día de su onomástica. Los dulces forman parte del ocio infantil y es difícil erradicarlos, admite el médico, pero "son adictivos y debemos comenzar por sustituirlos o eliminarlos de estas celebraciones, ya que además los hiperestimulan".
Se incluye en el mismo paquete a la comida basura y las bebidas azucaradas, que crean adicción en el menor. Según el doctor, "les excitan y les provocan malhumor, cuando no los consumen y pasan abstinencia".
¡Cuidado con la publicidad!
El doctor Luis López Tallaj critica que los productos de consumo infantil estén envueltos en el diseño, el dibujo, la moda, el juguete o el gadget del momento por fuera, mientras que son insanos por dentro. Incluso, denuncia que las marcas con alimentos poco nutritivos compren espacios publicitarios en las canchas deportivas y los colegios.
Y su persecución a esta mercadotecnia es la que le llevó a escribir "Come y crece", un libro ilustrado que busca enseñar a comer de manera divertida y sencilla. La forma, el color y el texto, en formato bilingüe, pretenden entretener a los más pequeños y servir también de guía a los padres para compartir con sus hijos un tiempo de lectura, a la vez que aprenden cómo alimentarles de manera sana.
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Come y Crece: Eat and Grow