Personalmente ésta me parece una buena noticia que probablemente contribuya a frenar (aunque no solucione) el problema de la creciente obesidad entre la población infantil. En España se limitará la venta de dulces y refrescos en los colegios públicos.
O, al menos, se recomendará que no se vendan, aunque tal vez la limitación debía haber sido más estricta, o sea el siguiente paso. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acuerdan un plan para desterrar estos alimentos de los colegios, de modo que no estén al alcance de los niños en las cantinas ni en las máquinas expendedoras.
Además, se pretende limitar el contenido calórico de los productos que los niños puedan comprar entre clase y clase y aunar criterios para elaborar los menús escolares. Medidas con las que tratan de frenar el aumento de la obesidad infantil, y a la que espero que sumen la obligación de ofrecer frutas y verduras en las cantinas.
Nutricionistas, pediatras y endocrinos consideran útil el plan del Gobierno, aunque señalan que los deseos de frenar la obesidad no se verán cumplidos si no existen implicación por parte del resto de sectores de la sociedad.
Porque como sabemos el problema de la obesidad infantil empieza en la familia y en nuestros hábitos alimenticios y físicos, y el ámbito sanitario o el comunitario, como la escuela, pueden contribuir a su prevención como ha quedado demostrado en distintos estudios.
Por su parte, la industria alimentaria no está conforme con estas medidas, y no me extraña porque tiene en los niños unos grandes consumidores.
Sin embargo, no se trata de una prohibición total, ya que el plan no establece sanciones para quienes no cumplan (pero sí inspecciones para saber si se siguen los puntos acordados). Se puede considerar, pues, un conjunto de recomendaciones que todas las autonomías han acordado respetar.
Ni bebidas con cafeínas u otros estimulantes o edulcorantes artificiales, ni aperitivos con exceso de sal, ni dulces con exceso de grasas, fuera las grasas trans… Es decir, que quedan fuera desde las bolsas de patatas a los bollos con chocolate.
Esperemos que la estrategia del Gobierno contra la obesidad siga centrándose en otros ámbitos y que esta limitación de venta de bollería industrial y refrescos en los colegios ayude a que nuestros hijos estén más sanos y a que toda la sociedad tome conciencia de la importancia de una alimentación saludable.
Vía | Peques y más
Foto | artfulblogger en Flickr
Más información | El País
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