Estudios recientes señalan que, aunque parece existir cierta moral innata en el bebé que nace, aprender a distinguir entre el bien y el mal y actuar éticamente conlleva un proceso de aprendizaje que se ve influenciado por diferentes variables.
Entre estas variables destaca fundamentalmente el entorno en el que se cría el niño, siendo el ejemplo de los padres uno de los pilares fundamentales.
Pero además de actuar en todo momento sabiendo que somos el espejo en el que nuestros hijos se miran, hay otras cosas que podemos hacer para fomentar su desarrollo ético y moral.
Enseñarles que los límites hay que cumplirlos
Poner límites a los niños es fundamental y necesario para enseñarles a diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Es importante que estos límites garanticen el bienestar del propio niño y de quienes le rodean, y aseguren una convivencia pacífica y respetuosa en sociedad.
Los límites deben ser enseñados con amabilidad, respeto y empatía, y poco a poco el niño los irá aprendiendo e incorporando a su vida. Pero en este proceso de aprendizaje es más que probable que haya momentos en los que nuestro hijo sobrepase los límites impuestos, por lo que es tarea de los padres reconducir la situación de forma positiva y respetuosa.
Explicarles que nuestros actos tienen consecuencias (y reparar nuestros errores)
Pero además de reconducir la situación, cuando el niño incumple los límites es fundamental hablar de las consecuencias que esto tiene, especialmente cuando repercute en otras personas.
Igualmente, cuando nuestros hijos cometen un error debemos enseñarles a repararlo de forma positiva y respetuosa para todos. Para ello, es imprescindible que en nuestro día a día demos ejemplo reconociendo nuestras equivocaciones y pidiendo perdón por ellas.
Valorar los buenos actos propios y ajenos
Aunque no se trata de elogiar al niño cada vez que tenga un gesto amable con los demás, sí que podemos poner en valor sus acciones para que él mismo también se de cuenta de cómo ha influido en la otra persona lo que ha hecho.
Del mismo modo, también podemos aprovechar para hablar de aquellos gestos o buenas conductas que veamos en otras personas y que puedan ser fuente de inspiración para los niños en un momento dado.
Fomentar debates morales que inviten a la reflexión
Los debates en familia resultan muy enriquecedores para trabajar diversas parcelas del desarrollo social de los niños, así como el lenguaje, la escucha activa, el turno de la palabra o el tratamiento respetuoso de cualquier tema que se trate.
Pero además, los debates nos dan la oportunidad de plantear ciertos temas que impliquen un dilema ético o moral sobre el que reflexionar. De este modo, animaremos al niño a pensar sobre el tema expuesto, exponer su juicio crítico o simplemente compartir con nosotros lo que considera correcto o incorrecto.
Otros recursos positivos para incentivar el pensamiento ético
Además de los debates, hay otras muchas actividades que podemos realizar en familia para fomentar el desarrollo ético de los niños.
Por ejemplo:
- Dibujos o manualidades para trabajar valores como la empatía, el respeto, la tolerancia, la solidaridad...
- Participar en actividades solidarias con un propósito final (por ejemplo: recolectar dinero para una causa, donar juguetes, escribir cartas a los niños hospitalizados...)
- Leer cuentos que fomenten valores como la integración, la diversidad, la paz...
- También hay películas y series que podemos ver con niños y adolescentes que inculcan valores positivos.
En la medida en que el niño vaya creciendo, además de la familia, irán adquiriendo cada vez más influencia otros contextos (escuela, amigos, medios de comunicación...) tanto en el aprendizaje de valores y normas, como en todas las áreas de su desarrollo.
Por este motivo, se hace necesario que, como padres y responsables de enseñanza infantil, prestemos atención a las prácticas de aprendizaje de los niños en todas las dimensiones del desarrollo. Pues, si inculcamos ciertos hábitos en los primeros años de vida, conseguiremos que los adquieran para siempre.
Fotos | iStock
Agradecimientos | Ana Marsá, coodinadora de comunicación de The English Montessori School
En Bebés y Más | Dejó crecer su pelo durante dos años para poder donarlo, a pesar de las críticas de otros niños: la valiente historia de Diego, Amabilidad, el valor más importante que los padres quieren enseñar a sus hijos