Cómo se desarrolla la orientación espacial en los niños y qué actividades y juegos podemos hacer para fomentarla

Cómo se desarrolla la orientación espacial en los niños y qué actividades y juegos podemos hacer para fomentarla
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La orientación espacial es una habilidad natural en los seres vivos que nos permite ser conscientes de nosotros mismos y del espacio que nos rodea, y conocer dónde estamos y cuál es nuestra posición con respecto a otros seres u objetos. Todo ello influirá en la libertad para movernos de un punto a otro.

Esta habilidad básica en el desarrollo de los niños juega también un papel fundamental a la hora de adquirir conocimientos como la escritura y la lectura. Además, saber orientarse es importante para encontrarnos si en un momento dado nos pierden de vista mientras juegan.

Te explicamos cómo desarrollan los niños la orientación espacial y qué juegos y actividades podemos poner en práctica para fomentarla.

Qué es y cómo se desarrolla la orientación espacial

Tal y como acabamos de mencionar, saber orientarnos nos permite situarnos dentro del espacio, conocer a qué distancia nos encontramos de otras personas o de los objetos que nos rodean, orientar nuestros movimientos para llegar a un determinado punto (entre otras cosas, sabiendo distinguir la derecha de la izquierda) y explorar el entorno en el que nos movemos.

La orientación espacial nos permite formar un modelo mental del mundo en tres dimensiones, algo fundamental para poder movernos e interactuar con el entorno

Durante la infancia, la orientación espacial permite a los niños desarrollar las capacidades motoras (gatear, caminar, arrastrarse, trepar...), jugar a determinados juegos (juegos de pelota, construcciones, escondite, juegos de mesa...), orientarse e incluso aprender a escribir y a leer.

orientación espacial

Durante la etapa adulta, tener más o menos desarrolla la orientación espacial nos ayudará a la hora de conducir, interpretar un mapa, manejar ciertas herramientas, orientarnos en espacios abiertos... e incluso puede influir en el éxito profesional, pues ciertas profesiones como marineros, ingenieros, escultores, arquitectos, decoradores, diseñadores o fotógrafos deben tener bien desarrolla esta habilidad.

Por tanto, y aunque se trate de una habilidad natural en los seres vivos, como cualquier otra habilidad, la orientación espacial debe ser trabajada desde la infancia para que pueda desarrollarse plenamente.

Cómo ayudar a tu hijo a desarrolla la orientación espacial mediante el juego

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Los padres podemos fomentar la orientación espacial desde que nuestros hijos son bebés con actividades sencillas y cotidianas como la estimulación del gateo, ideando circuitos de obstáculos, desarrollando actividades que fomenten su motricidad gruesa, jugando a escondernos o esconder objetos para que los encuentren, o permitiéndoles explorar el entorno que les rodea mediante el libre movimiento.

A lo largo de los tres primeros años podemos ir incorporando otras actividades y juegos, como enseñarles las partes del cuerpo (pidiéndole que las señale en su propio cuerpo y en el de la persona que tienen enfrente), mostrarles cuáles son las nociones espaciales más básicas (encima-debajo, delante-detrás, dentro-fuera, arriba-abajo, cerca-lejos, izquierda-derecha), o despertar su interés por los juegos de construcción, los insertables o los rompecabezas.

A partir de los cuatro o cinco años ya podemos incluir otro tipo de juegos y actividades que requieren de una mayor precisión, pero que son perfectos para entrenar la orientación espacial. Por ejemplo: puzzles más complejos, maquetas, construcciones con bloques o piezas de Lego, manejar una cometa o un coche teledirigido, hacer determinadas manualidades como construcciones con plastilina, arena, cartón, figuras de origami...

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Ya en la etapa de Primaria, y siempre adaptándonos a las habilidades del niño, podemos estimularles con otros juegos como los cubos Rubbick, el tangram, las ilusiones ópticas, los laberintos y juegos de geometría, volar un dron, ciertos videojuegos que impliquen construir, orientarse o calcular distancias...

Pero además de los juegos y actividades que los niños hagan en casa, una de las mejores formas de desarrollar la orientación espacial es mediante el ejercicio al aire libre, el deporte y la exploración de la naturaleza. Así por ejemplo, trepar a un árbol, montar en bicicleta, hacer excursiones al campo y enseñarle a orientarse con ayuda de una brújula, o incluso observar el cielo estrellado e identificar las constelaciones, son excelentes ejercicios.

Fotos | iStock

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