Los profesionales sanitarios hace tiempo que dejaron de ser únicamente personas que atendían en la enfermedad para pasar a promover un buen estado de salud en distintos niveles (hablando de alimentación, del sueño e incluso de hábitos y de educación) y por esta razón ya no solo aconsejan a nivel de salud y enfermedad, sino también a nivel de aprendizaje y de relación con los padres.
Un ejemplo muy claro es el que pronto adoptarán los pediatras de EE.UU., que en sus consultas empezarán a recomendar que todos los padres lean a sus hijos cada día, con el objetivo de promover el desarrollo lingüístico de los niños y fortalecer la relación entre padres e hijos.
Según explica la Academia Americana de Pediatría (AAP), menos de la mitad de los niños se sientan con sus padres para que éstos les lean cuentos. Esto hace que cada año más de la tercera parte de los niños empiece el colegio con unas habilidades lingüísticas aún poco desarrolladas, que les hace tener dificultades para comunicarse con soltura con los profesores, con el resto de niños, y que hace más difícil la tarea de empezar a enseñarles a leer y escribir.
No es que no vayan a aprender a hacerlo, todos los niños acaban leyendo y escribiendo, pero han visto una relación entre el dominio de la lectura en los niños en el tercer curso (entiendo que es cuando tienen 5-6 años) y si serán capaces de graduarse en secundaria o tendrán éxito en su carrera.
Pero en otros países empiezan a leer más tarde...
En EE.UU., como digo, han visto que los niños que en tercero no dominan la lectura tienen más problemas el resto de su escolarización. La duda que tengo es si será causal, si no saber leer bien de pequeño es lo que genera esa dificultad a la hora de graduarte o si es una cuestión diferente. Quizás el nivel de ingresos familiares, la situación socioeconómica o el amor o desamor que en casa se tenga por los libros, o la cultura del esfuerzo y el trabajo, sean los causantes reales de que de pequeños tengan problemas para leer y que de mayores tengan problemas para graduarse.
Y digo esto porque en muchos países europeos los niños llegan a los 6-7 años sin saber leer y eso no les supone ninguna dificultad en el futuro. Más al contrario, son de los que mejor dominan después la lectura, pero lo son porque tanto los padres como en los sistemas educativos se le da mucha importancia a los libros, a disfrutar de la lectura y a potenciar el aprendizaje a través de la curiosidad innata de los niños.
Pero leer a los niños es bueno, ¿no?
Con esto quiero decir que en EE.UU., como en España, tienen un problema de resultados escolares y consideran que sabiendo leer antes lo solucionarán. No es seguramente ese el problema principal, como he comentado, porque todo podría radicar en "el lugar que tienen los libros en la sociedad" y en "cómo motivamos a los niños a aprender", pero tampoco vamos a criticar la solución, porque leer a los niños es bueno y porque, de hecho, sirve para mejorar el primer problema: la falta de atención o pasión de las familias hacia lo escrito.
Leer a los niños proporciona a los bebés y niños palabras que conocen y palabras que desconocen. Escuchan la voz de sus padres, escuchan historias, escuchan problemas, diálogos, soluciones y, además, pasan tiempo con sus padres. Leer a los niños es, sin duda, una de las actividades más enriquecedoras que existen.
Como dijimos hace un tiempo, la mejor manera de que los niños aprendan a hablar y a desarrollar el lenguaje es hablarles, dirigirles palabras. Pues bien, leerles es una manera estupenda de hablarles.
Además les gusta, se divierten, quieren que les leamos los mismos cuentos una y otra vez, aprenden, pasan tiempo con nosotros y todo ello derivará, seguramente, por un amor a la lectura que nunca desaparecerá si les seguimos comprando libros, si nos ven leer a nosotros y si seguimos leyendo con ellos, dejamos que nos lean o comentamos las historias.
Vía | Medline Plus
Foto | Thinkstock
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