Hoy celebramos el Día Internacional de la Juventud, una fecha elegida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para conmemorar a los jóvenes de entre los 18 y 29 años, que actualmente conforman la generación más numerosa de la historia.
Nuestros niños de hoy serán los jóvenes del mañana, y en nuestras manos está educarles en la empatía y el amor hacia los demás, para hacer de ellos futuros jóvenes tolerantes y respetuosos con todo lo que les rodean.
Nuestra labor como padres
Somos padres de niños y niñas que dentro de unos años se convertirán en los jóvenes de nuestra sociedad. Niños que hoy juegan despreocupados en el parque, pero que mañana tendrán que asumir importantes retos y aceptar responsabilidades que condicionarán sus vidas.
Cuando un hijo nace debemos ser conscientes de que nuestra forma de criarle y la educación que reciba no sólo afectará a su infancia, sino que conformarán las bases de su forma de ser, pensar y actuar en un futuro.
¿Recordamos juntos la claves que les ayudarán a llegar a eso?
Autoestima: cómo fortalecerla
La forma en la que nos relacionamos con nuestros hijos y les ofrecemos nuestro apoyo y confianza es fundamental para su autoestima: creer en ellos y en sus posibilidades, comunicarnos de manera positiva, animarles a afrontar retos y a tomar decisiones, y elogiar los aciertos y evitar remarcar siempre los errores, son algunas de las claves que podemos seguir para fortalecer su autoestima.
Recordemos que la autoestima se va formando desde pequeñitos, por lo que** actuar sobre ella de manera positiva** ayudará en un futuro a su salud psicológica, ya que una baja autoestima puede provocar trastornos psicológicos, somáticos, afectivos, de conducta...
Valorar su esfuerzo y darles libertad para elegir
Los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, y nos duele verles sufrir o fracasar por una mala decisión. Pero tenemos que evitar caer en el error de hacer todo por ellos, de sobreprotegerlos y allanarles el camino para que no encuentren dificultades, porque si no crecerán pensando que las cosas se consiguen fácilmente y sin necesidad de esforzarse. Pero nada más lejos de la realidad.
Hacer todo lo posible por evitarles el fracaso es contraproducente para ellos, porque no les dejaremos libertad para tomar sus propias decisiones y aprender de sus errores, y porque crecerán sin conocer el valor del esfuerzo.
La capacidad de esfuerzo y sacrificio debe desarrollarse día a día, convirtiendo conductas en hábitos y tratando siempre de superarse un poco más. Los padres podemos ayudar a nuestros hijos a que entiendan el valor del esfuerzo, no sólo dando ejemplo con nuestras acciones, sino poniendo en práctica una serie de claves de las que ya os hemos hablado en alguna ocasión.
Educar en igualdad, tolerancia y respeto
Es importante inculcar a nuestros hijos desde la infancia que todos somos iguales, sin importar nuestro sexo, condición social, raza, religión... Y la mejor forma de enseñarles es a través del ejemplo, pues como tratemos a los demás, será la base del trato que ellos den a otras personas en el futuro.
Por ello, debemos tomar conciencia de nuestras actuaciones y enseñarles que aunque hay conductas que están especialmente admitidas y extendidas en la sociedad, no son moralmente aceptables y entre todos debemos corregirlas. Esto ocurre, por ejemplo, con ciertos comportamientos machistas, tan arraigados que a veces reproducimos sin darnos cuenta, ayudando de este modo a perpetuarlos en el tiempo.
Recordemos que la empatía es la reina de todas las relaciones, sin empatía no puede existir una relación de verdad. Nosotros, como padres, debemos empezar a enseñar empatía desde la práctica, poniéndonos en el lugar de nuestros hijos para entenderles y tratarles siempre con respeto.
Y en este apartado no debemos olvidarnos de inculcarles también un trato respetuoso hacia el resto de seres vivos que comparten con nostros el planeta, y de enseñarles a cuidar nuestro entorno mediante una serie de hábitos que podemos comenzar poniendo en práctica desde casa, con sencillos y cotidianos gestos que contribuirán a respetar el medio ambiente.
Fomentar la comunicación
La comunicación con los hijos es clave para establecer una relación positiva, de apoyo y confianza con ellos, y para evitar problemas futuros.
Los expertos insisten en la importancia de hablar cada día con nuestros hijos desde que son pequeños; dedicarles tiempo para conocer sus problemas y expresarles los nuestros, ayudándoles así, no sólo a entender y expresar sus emociones, sino a desarrollar la capacidad de empatizar con los demás.
Pero una buena comunicación con ellos también les ayudará a aprender a escuchar, a respetar su turno de palabra, a debatir con respeto y a negociar. Porque no se trata de imponerles nuestro criterio, sino de hacerles ver que en la vida hay muchas formas de pensar, y todas son válidas mientras se expresen con respeto.
Además, también estaremos lanzándoles el mensaje de que sus opiniones nos interesan y que juntos podemos llegar a acuerdos que nos beneficien a todos.
Educación sexual
Y entre las conversaciones que mantengamos con nuestros hijos deberían estar también las relativas al sexo, pues una correcta educación sexual desde la infancia es clave, no sólo para prevenir embarazos adolescentes, enfermedades de transmisión sexual o abusos sexuales, sino también para vivir el sexo de forma sana, responsable, respetuosa y segura.
Por eso es tan importante hablar con nuestros hijos desde que son pequeños con total transparencia y naturalidad, y continuar manteniendo esa comunicación también en la adolescencia. Aclarar las dudas que se les vayan presentando en función de su edad, no mentirles nunca y darles confianza para que puedan encontrar en nosotros las respuestas a sus inquietudes.
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