El debate sobre los uniformes escolares que se ha iniciado en Catalunya nos deja una nueva perspectiva que pude escuchar ayer por la tarde en una tertulia radiofónica. ¿Son los uniformes escolares un modo de favorecer la autoridad de los profesores?
Ya tardaban en poner al profesorado en el punto de mira en una cuestión en la que poco tenemos que decir, la verdad. Uno de los invitados aseguraba que así se trata, y que del mismo modo que se uniforma a los militares bajo el mando de sus superiores como medida igualitaria, en el colegio si todos los alumnos van vestidos igual se les “nivela”.
Según se señalaba, como está habiendo problemas en muchas escuelas debido al atuendo de los alumnos (velo sí-velo no, gorras sí-gorras no, pantalones cortos sí-pantalones cortos no…), con dificultades para llegar a acuerdos, esta era una manera para los profesores de no tener que entrar en debates ni “imponer su autoridad” enfrentándose a los alumnos.
No obstante, no estoy de acuerdo en este punto y creo que se desvía de la realidad del debate, ya que el tema del uniforme, por una parte no ha surgido mayoritariamente como propuesta del profesorado. Recordemos que son los padres los que suelen sacar estos temas, y en este caso ha sido una política, la consejera de Educación de Catalunya.
Por otro lado, si los alumnos llevan uniformes o no no es una cuestión que pueda decidir el profesorado sino que depende del consejo escolar en el que intervienen los padres, alumnos y todo el personal implicado en el centro.
Pero, principalmente, es que me ofende esta visión del profesor como un militar que desea tener soldaditos a su servicio, y si “te portas mal” a dar vueltas al cuartel.
Autoridad frente a respeto en el colegio (y en la vida)
La autoridad en este debate era entendida en términos de obediencia y casi sumisión, con lo cual no estoy de acuerdo. Partimos de que, en mi opinión, el concepto de autoridad en educación debería desterrarse (de hecho no creo que muchos docentes intenten “imponerlo”) y sustituirse por el de respeto, que es el que principalmente impera en la actualidad, aunque no siempre se consigue.
El profesor ha de ganarse el respeto, el profesor ha de respetar a los alumnos del mismo modo que los alumnos deben respetar al profesor, como a sus compañeros, a su familia… Un ambiente idílico que por supuesto no vamos a encontrar siempre ni en las aulas, ni en los hogares, ni en los parques, ni en la cola del supermercado. Pero por el que hay que luchar, especialmente en hogares y escuela.
En el programa también surgió una interesante diferenciación entre “igualdad” y “uniformidad”, saliendo algunos contertulios en defensa de la primera pero no de la segunda, argumentando que precisamente la deseable igualdad es posible gracias a la aceptación de las diferencias. En cambio, “uniformidad” puede significar limar las diferencias, eliminar lo diferente, cuando lo diferente puede ser tan positivo.
Esa es mi postura al respecto, y por lo que prefiero que los niños vayan sin uniforme, aunque también entiendo que llevar uniforme no tiene por qué significar ir como borregos o soldados al servicio de nadie, ni ir sin él significar igualdad e individualidad.
Si la ropa que llevan nuestros hijos (sea uniforme o no) tiene más o menos que ver en esto, dependerá principalmente de la educación recibida en casa. Y, por otro lado, el profesor poco tiene que decir, que “ganar o perder” con los uniformes, es más bien una cuestión paterna como estáis demostrando con vuestros comentarios en este asunto, por cierto con mucho respeto y menos “autoridad” o imposición.
Foto | Adam Jones, Ph.D. en Flickr-CC
En Bebés y más | ¿Vestir a los hermanos igual?, Uniformes en el colegio, ¿sí o no?, Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir colegio (I) y (II)