Vivimos en una cultura moderna en la que es frecuente ver ordenadores portátiles, juguetes de última generación, móviles, videoconsolas... Pero los niños necesitan observar cosas que puedan comprender para construir esquemas mentales que les permitan llegar a un pensamiento simbólico complejo racional.
En el caso concreto de la comida, los niños pueden llegar a pensar que los alimentos "surgen" del supermercado, ya que no tienen experiencias que les den una idea más completa de su origen. En las escuelas suelen organizar excursiones a granjas para tener un mejor conocimiento de la naturaleza, pero te sugiero una idea.
Mi propuesta es que intentes conseguir alguna planta u hortaliza que le permita a tu hijo hacerse cargo de parte de sus cuidados y, pasado un tiempo, que se pueda comer el fruto de su trabajo.
Para esto no hace falta tener terreno y hacer una huerta en toda regla. Por ejemplo, con una maceta y una planta de fresas se puede desarrollar esta experiencia sin ser demasiado habilidoso ni emplear mucho tiempo. Yo lo he probado estas últimas cuatro semanas con mi hijo de tres años y medio y hoy se ha comido su primera fresa, a la que ha visto crecer y madurar hasta coger el color rojo que él conocía por la tienda. La expresión de intensidad al recoger el fruto de la planta y la satisfacción al comerlo son recuerdos que merece la pena conservar.
Imagen | Flickr (Fotero) En Bebés y más | Huertos en las escuelas