Vivimos en una sociedad cada vez más materialista y consumista, y esto nos lleva en muchas ocasiones a desechar cosas que tenemos por considerarlas "viejas" o "demasiado vistas", a pesar de seguir cumpliendo con su función.
El problema es que sin darnos cuenta estamos inculcando estas ideas a nuestros hijos desde pequeños, pues como hemos comentado en múltiples ocasiones, los niños aprenden más por lo que ven que por lo que les decimos. Por ello, es muy importante enseñar a los niños a valorar lo que tienen y esto es algo que podemos hacer desde casa, pero también desde el colegio.
Y como muestra os compartimos un hilo viral publicado en Twitter por Lola Cabrillana, una maestra de Educación Infantil que ha dado a sus alumnos una maravillosa lección sobre la importancia de apreciar las cosas que tenemos, a pesar de verlas viejas o gastadas.
"Una niña traía una bolsita que estaba un poco gastada"...
Con estas palabras comienza el hilo viral de esta maestra de Infantil, que decidió saltarse la programación del día para dar a sus alumnos una valiosa lección: aprender a valorar lo que tenemos, a pesar de que esté viejo o gastado.
Según explica, todo comenzó cuando vio a una alumna disgustada por el comentario de un compañero, que había criticado su bolsita de desayuno por "ser vieja".
Una niña traía una bolsita que estaba un poco gastada. La veo echada en su mesa y le pregunto qué le pasa. Un compañero le había dicho que su bolsita del desayuno estaba vieja. Me guardo la programación del día en un cajón. Nos sentamos en la asamblea. Desmonto la clase entera.
— Lola Cabrillana (maestra de infantil) (@de_infantil) November 16, 2022
La maestra quiso entonces enseñar a sus alumnos que el hecho de que las cosas estén viejas no significa que deban ser sustituidas si todavía cumplen con su función. Y para demostrárselo les invitó a reflexionar acerca de cómo muchos de los juguetes "viejos" que tenían en el aula, estaban entre sus favoritos a la hora de jugar.
Pongo delante de ellos los juguetes, las piezas, los encajables, todo. Les invito a hacer dos grupos. En uno pondremos las cosas nuevas y en otro las cosas viejas. La cocinita es de mi sobrina del año catupum chimpum. Y muchos juguetes de sus favoritos, también van a parar al
— Lola Cabrillana (maestra de infantil) (@de_infantil) November 16, 2022
montón de los viejos. Cuando ya tenemos la clase desmantelada ( y ha venido la visita que siempre viene en estos casos, no falla), reflexionamos sobre las cosas viejas. Realmente nos sirven. Nos gustan jugar con ellas. No importa que estén viejas si podemos divertirnos con ellas.
— Lola Cabrillana (maestra de infantil) (@de_infantil) November 16, 2022
Para rematar su maravillosa lección, la maestra enseñó a todos sus alumnos que la bolsita del desayuno de su compañera, pese a estar un poco gastada seguía cumpliendo con su función: la de transportar el almuerzo cada mañana sin derramar nada. ¿No es esto lo realmente importante?
Cojo la bolsita de la niña. Es una bolsita maravillosa, ella sola trae el desayuno, y no se cae al suelo nada. Sirve, sí, eso es lo importante. A veces las cosas viejas son las mejores. Un alumno me hace reír a carcajadas. “ Su abuelo es viejo y lo quiere mucho”, y me mira y
— Lola Cabrillana (maestra de infantil) (@de_infantil) November 16, 2022
mueve la cabeza. Casi lo suelta, pero el “tú también eres vieja” se queda flotando en el sitio de las cosas que mejor no decirlas por si acaso. El niño y yo hablamos. Empatizamos con la niña.
— Lola Cabrillana (maestra de infantil) (@de_infantil) November 16, 2022
Hay que apreciar lo que tenemos. Y eso, también se puede enseñar en las escuelas. 😉.
Lo viejo no siempre tiene por qué ser sustituido
Como decíamos al inicio, con frecuencia nos dejamos arrastrar por el consumismo y la cultura de lo nuevo, y sustituimos continuamente objetos usados a pesar de que en muchos casos siguen cumpliendo con su función. Ocurre por ejemplo con la tecnología, la ropa y el calzado, la decoración...
De este modo, los niños -que son grandes observadores e imitadores- acaban interiorizando el mensaje de que lo viejo o lo antiguo ya no tiene suficiente valor y hay que renovarlo.
Y aunque en muchas ocasiones no sean capaces de manifestarlo con palabras, sí que lo hacen a través de conductas materialistas como el aburrimiento pese a estar rodeados de múltiples juguetes; la necesidad de pedirse todo lo ven en Navidad, el afán por estrenar material escolar cada curso académico, aunque en casa tengamos decenas de lápices, estuches o mochilas...
Los padres deseamos inculcar a nuestros hijos valores positivos, y sin duda aprender a valorar y agradecer lo que tienen es uno de los más importantes. Pero es necesario entender que no basta con educar únicamente a través de la palabra, sino que nuestro ejemplo es fundamental. Por eso merece la pena pararse a reflexionar sobre nuestros patrones consumistas y lo que estamos "enseñando" a nuestros hijos.
Paralelamente, y como bien demuestra el hilo viral de esta profesora comprometida, desde los colegios también se debe educar a los niños en valores, enseñándoles aspectos tan importantes como la empatía y el respeto, el agradecimiento, el consumo responsable o la solidaridad, entre otros.