El uso de las nuevas tecnologías puede ser muy bueno y estimulante para los jóvenes, son herramientas de conexión y aprendizaje, siempre que sea dentro de un tiempo prudencial. Son palabras del doctor Manuel Baca, jefe del servicio de Pediatría y de la Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud Málaga, quien advierte que los adolescentes ya pasan más de cinco horas al día delante de una pantalla, con los peligros para su conducta y salud que implica.
Los peligros de una sobreexposición a la tecnología
"El excesivo uso de ordenadores, tabletas, móviles, etcétera, puede originar, entre otros efectos, déficit de atención, problemas de sueño, hiperactividad, agresividad, menor rendimiento académico y dificultades en el desarrollo del lenguaje y de la adquisición de vocabulario".
Así explica este pediatra los efectos de la exposición excesiva a las pantallas. Aunque hay más.
El equipo de la Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud Málaga, señala estos efectos adversos en el uso excesivo de las pantallas:
Existe un riesgo social y emocional. Cada vez se necesita más tiempo de uso para obtener el mismo nivel de satisfacción, manifestándose en limitaciones de la conducta social, cambios en las relaciones familiares y en el rendimiento académico.
En muchas ocasiones la adicción que generan las pantallas nos lleva a utilizarlas a todas horas, alterando las horas de sueño.
El doctor Manuel Baca explica que "para dormirse nuestro cuerpo debe liberar melatonina, la hormona inductora del sueño y esta solo se produce si creamos un entorno propicio para ello: oscuridad, silencio, cuerpo relajado, párpados cerrados".
"La luminiscencia de la pantalla es un factor que lucha contra nuestro descanso. El uso de cualquier dispositivo emisor de luz acaba por retrasar la conciliación del sueño y retarda la fase REM de este -la más profunda y reparadora".
¿Qué podemos hacer los padres?
El jefe de pediatría recomienda a las familias para combatir el abuso:
Establecer un orden y unas normas para su correcto uso bajo supervisión: tiene que haber una persona adulta presente cuando el menor esté utilizando la tecnología para que controle el tiempo de exposición, así como los contenidos, medios y redes sociales que se visitan y la información que reciben.
Buscar una alternativa de entretenimiento mediante lectura y juegos tradicionales, pues potencian la resolución de problemas, la creatividad y el ejercicio físico.
Los dispositivos tecnológicos no pueden estar en el cuarto del niño o adolescente, sino en una habitación de tránsito, como el salón o un despacho.
Vía | Hospital Quirón Málaga
Fotos | iStock
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