Después de la semana 41 de embarazo, el riesgo de muerte fetal aumenta de forma significativa
Un embarazo se considera a término cuando llega a la semana 37, aunque sabemos que lo ideal es que el bebé permanezca dentro del útero el mayor tiempo posible, pues durante esas últimas semanas, continúan ocurriendo mucho cambios importantes en su desarrollo.
Sin embargo, así como nacer de forma prematura aumenta la presencia de ciertos riesgos, nacer de forma tardía también hace que se eleve el riesgo de algunas complicaciones. Ahora, de acuerdo con un importante estudio reciente, después de la semana 41 de embarazo, aumenta de forma significativa el riesgo de muerte fetal.
El estudio
Publicado en la revista BMJ y realizado por la Universidad Queen Mary de Londres, el estudio consistió en una investigación exhaustiva en la que se analizaron los datos de más de 15 millones de embarazos incluidos en 13 estudios realizados en Reino Unido, Estados Unidos, Dinamarca y Noruega.
En total, se analizaron 15.124.027 embarazos, 17.830 muertes fetales y 2.348 muertes neonatales, y de acuerdo con los investigadores, es el estudio más grande de su tipo, que finalmente provee estimaciones precisas acerca de los posibles riesgos de muerte fetal.
Es preciso aclarar los diferentes términos que existen acerca de este tipo de pérdidas. Cuando hablamos de muerte fetal, nos referimos a los bebés que mueren dentro del útero después de la semana 20 de embarazo y superan los 500 gramos de peso, mientras que las muertes neonatales tienen lugar cuando el bebé ya ha nacido, y ocurren dentro de los primeros 28 días de vida.
De acuerdo con el estudio, después de las 41 semanas de gestación, que se considera "a término tardío" y dentro del rango de un embarazo normal, se presenta un aumento significativo del riesgo de muerte fetal, en comparación con aquellos bebés que nacen en la semana 40 de embarazo.
Aunque este es un dato importante, no debemos alarmarnos ni adelantarnos e inducir el parto, ya que los investigadores aclaran que a pesar de que aumente el riesgo, las probabilidades de que ocurra una muerte fetal es baja, pues sucede en uno de cada 1.449 embarazos.
Los resultados de este estudio van en la línea de otro realizado hace tiempo en Australia, en el que se analizaron 30 ensayos controlados aleatorios con más de 12.000 mujeres embarazadas. En él, se encontró que inducir el parto tras la semana 41 de gestación puede salvar la vida del bebé, en lugar de continuar esperando a que el parto se desencadene naturalmente o de realizar una cesárea.
Los riesgos de un nacimiento tardío
Lo ideal en un embarazo que transcurre de forma normal y saludable, es dejar que el bebé decida cuándo nacer y esperar a que el parto se desencadene de forma espontánea y no adelantarlo, pues cada semana dentro del útero es esencial para el desarrollo del bebé.
Sin embargo, hay que recordar lo que mencionábamos al inicio, así como tener un parto prematuro aumenta la aparición de algunas complicaciones, tener un parto de forma tardía también hace que se presenten otros riesgos.
Por ejemplo, entre los riesgos que se presentan si el parto se retrasa está que el bebé crezca demasiado, lo que podía hacer que se presentaran complicaciones durante el parto, o que su tamaño comprima el cordón umbilical, que la placenta deje de suministrar los nutrientes necesarios para el bebé o que sufra falta de oxígeno y haga sus primeras deposiciones en el interior del útero.
Al llegar a la recta final del embarazo se puede intentar adelantar el parto de manera natural, pero cuando éste no sucede y el tiempo sigue avanzando, en los hospitales se cuenta con un procedimiento protocolario, en el que al llegar a la semana 41 se ofrece a las embarazadas la opción de inducirlo.
Los resultados de estos estudios más que ser motivo de alarma, son un recordatorio acerca de la importancia de los controles frecuentes durante las últimas semanas de embarazo, especialmente cuando el bebé ha pasado de las 40 semanas, para que el personal sanitario pueda detectar cualquier posible riesgo y tomar las decisiones pertinentes para proteger la vida de madre y bebé.
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Vía | The Herald