Esa es la conclusión a la que han llegado investigadores de la Universidad de Adelaide y el Instituto de Investigación Médica y de Salud del Sur de Australia.
En su estudio, publicado en la revista 'The Journal of Physiology', no solo se observó un mayor riesgo de crecimiento fetal reducido cuando la madre tiene un trabajo por turnos, sino también un embarazo más prolongado
¿Cómo afectan los turnos y por qué?
Explican los científicos que el trabajo rotativo interfiere con los patrones normales de actividad del sueño, las horas de comida y la exposición a la luz.
De hecho ya se había demostrado que hay un mayor riesgo de sufrir obesidad y diabetes tipo 2 entre los trabajadores a turnos, pero es la primera vez que se estudian sus efectos durante la gestación.
Ahora se ha comprobado que el trabajo rotativo puede afectar la tolerancia a la glucosa de las madres al principio del embarazo y que, además, puede alterar los ritmos circadianos maternos y el metabolismo.
También se observó una reducción del crecimiento fetal en embarazos únicos y gestaciones más largas en madres con mellizos.
Estas consecuencias aparecen incluso en lo casos en los que las madres dejaron este tipo de trabajo a los tres meses de embarazo. Por esa razón, los expertos creen que trabajar a turnos es perjudicial siempre par el embarazo y el metabolismo de la madre.
¿En qué consistió el estudio?
Los investigadores analizaron los patrones de trabajo por turno en grupos de ovejas. Midieron los ritmos circadianos maternos y el control de la glucosa al comienzo y al final del embarazo, y pesaron a todos los corderos en el momento del parto.
La exposición a un modelo de trabajo por turnos rotativos perjudicó la tolerancia a la glucosa en las ovejas durante el embarazo temprano. Lo mismo ocurre a las mujeres embarazadas.
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