El otro día, una amiga embarazada me confesaba estar sorprendida por la cantidad de gente que en las últimas semanas le había preguntado si daría o no el pecho a su bebé cuando naciera. "Amigas, familiares y conocidas parecen tener una obsesión bárbara con este tema. ¿Por qué todos se preocupan tanto por la alimentación que tendrá mi hijo?" - me preguntaba atónita.
Aunque he de decir que no he vivido esta situación en ninguno de mis tres embarazos, sí que creo que el tema de la lactancia de otras madres genera mucha curiosidad entre los allegados, que no dudan en meterse, opinar o criticar la opción elegida; sea la que sea.
Una pregunta que puede provocar dudas en la futura mamá
Mi amiga será mamá primeriza, y quizá por ello todo lo que escucha o lee le causa una gran influencia. Todavía se encuentra en la primera etapa de su embarazo, por lo que muchos temas relacionados con la crianza de su bebé le suenan lejanos.
La lactancia es uno de estos temas, y si bien afirma que quiere dar el pecho a su bebé, no se ha planteado aún cómo lo abordará, qué problemas pueden aparecer y dificultar la lactancia, o a quién acudirá en caso de dudas.
Es por ello, que tras escuchar insistentemente la pregunta de si dará o no el pecho a su bebé, está comenzando a tener dudas y miedos que antes no sentía. No en vano, y con toda lógica, se hace el siguiente planteamiento:
"Si todo el mundo me pregunta sobre un tema que hasta ahora yo consideraba completamente normal, instintivo y natural, quizá sea porque no es tan sencillo como tenía en mi cabeza...".
Y es que no es lo mismo informarte a lo largo de tu embarazo sobre el tema con la firme convicción de querer dar el pecho a tu bebé, que prácticamente desde el inicio de la gestación amigas y conocidas te hagan dudar, preguntándote cuál será la opción de alimentación que ofrecerás a tu bebé.
Porque no nos engañemos, cuando varias personas te preguntan de forma insistente tu opinión acerca de un tema que hasta entonces para ti no tenía más opciones -es decir, mi amiga tenía claro que iba a dar el pecho a su bebé y no se había planteado otra opción posible -es probable que empieces a dudar de si el camino que tenías pensado tomar es adecuado, especialmente cuando no tienes experiencia y estás en una etapa de tu vida tan vulnerable e influenciable.
¿Por qué nos gusta tanto opinar sobre la crianza de otras personas?
Pero la pregunta en cuestión no solo puede influir en la decisión de la futura mamá haciéndole dudar de sí misma, sino que además resulta entrometida. Y para muestra el siguiente ejemplo:
Salvo que estemos hablando de temas culinarios o nos encontremos en una conversación distendida con amigos de confianza, es probable que no te plantees preguntar a tus vecinos, familiares o conocidos qué van a cenar esta noche.
Primero, porque es una pregunta absurda; segundo, porque es cotilla, y tercero porque la respuesta que te den no va a aportar nada a tu vida (¿qué te importa a tí saber lo que otros ponen en sus platos?)
Lo sé, el ejemplo es bastante bobo, pero si lo pensamos realmente veremos que preguntar u opinar sobre la crianza que llevan a cabo otras personas es igual de absurdo y carente de sentido, salvo que se trate de una opinión constructiva que aporte valor o ayude, pero sobre todo, que haya sido pedida.
Y es que nunca dejaré de preguntarme por qué mientras no tienes hijos la gente no se mete en tu vida, pero en el momento en que anuncias que estás embarazada comienzan a lloverte consejos no pedidos, opiniones o preguntas sobre temas que forman parte de la intimidad de tu crianza; desde cómo vas a dormir, hasta cómo le criarás o qué alimentación le darás.
Las mujeres embarazadas y madres recientes necesitan una tribu en la que apoyarse y a la que acudir cuando tengan dudas. Una tribu que no juzgue sus decisiones, que no se inmiscuya en sus opciones de crianza y que aporten y nutran emocionalmente en estas dos etapas de la vida tan vulnerables y sensibles.
Son muchas las formas de apoyar y manifestar que estamos ahí, pero en mi opinión no ayuda abrumar con un tema, sembrar dudas o tratar de cambiar el punto de vista de una madre con comentarios indirectos e incluso en ocasiones, hirientes.
Por eso, considero que debemos evitar esta pregunta y otras muchas frases que decimos a las madres embarazadas (casi siempre sin ninguna mala intención) sin tener en cuenta el estado emocional en el que están y las dudas y miedos que se tienen en esta etapa -sobre todo cuando somos primerizas- .
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