La exposición al humo del tabaco durante el embarazo y los primeros años de vida puede alterar mucho nuestro metabolismo y determinar nuestro estado de salud más tarde, en la vida adulta. También puede acelerar el envejecimiento biológico, lo cual se ha asociado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, cardiovasculares o neurodegenerativas.
Así lo ha demostrado un nuevo estudio español del Instituto de Salud Global de Barcelona, (ISGlobal) el primero que ha analizado las asociaciones entre un gran número de exposiciones ambientales en la infancia temprana.
Relación entre edad biológica y cronológica
Algunos estudios han mostrado una asociación entre una aceleración en el envejecimiento epigenético y ciertas exposiciones ambientales, pero la mayoría se hicieron en adultos y se centran en un solo tipo de exposición. Este estudio es el primero en asociar la exposición en edad temprana (83 exposiciones ambientales en el periodo prenatal y 103 en los primeros años de vida) y la edad epigenética de 1.173 niñas y niños entre 6 y 11 años del proyecto HELIX. Coordinado por Martine Vrijheid, investigadora de ISGlobal, comprende seis cohortes de nacimiento en seis países europeos, incluido España.
A nivel celular, el envejecimiento es un proceso continuo que comienza desde los primeros años de vida, y se puede medir gracias a relojes epigenéticos, que miden los niveles de metilación del ADN en ciertas regiones de nuestro genoma para inferir la edad biológica de una persona.
Según explica Mariona Bustamante, investigadora de ISGlobal y autora del estudio, “el reloj epigenético nos permite evaluar si la edad biológica de un individuo es mayor o menor que su edad cronológica.”
Promover "un envejecimiento saludable" desde los primeros años de vida
"La asociación entre edad epigenética y exposición al humo del tabaco durante el embarazo y los primeros años de vida coincide con resultados previos en la población adulta.”
Son palabras de la autora del estudio que añade que las modificaciones epigenéticas podrían afectar vías implicadas en la inflamación, la eliminación de toxinas y el ciclo celular, con un impacto posterior en la salud.
Paula de Prado-Bert, primera autora del estudio, reconoce que "necesitamos investigar más a fondo para entender estos resultados", pero como estas asociaciones no demuestran una causalidad, tanto este este como futuros estudios de exposoma en los primeros años de vida permitirán establecer políticas de salud para reducir ciertas exposiciones ambientales y promover un “envejecimiento saludable” desde las primeras etapas de la vida.
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