¿De qué serías capaz por una hamburguesa para ti, que tienes ocho años, y tu hermana, que tiene cuatro? Probablemente serías capaz de ser muy insistente para que tus padres te llevaran a un burguer, e incluso prometerles algo a cambio para llegar a un acuerdo.
A menos que no tengas muy clara la diferencia entre lo que está bien y está mal y lo que es más o menos peligroso, y te dediques a aprender a conducir viendo vídeos de YouTube para, en un despiste de tus padres, ir hasta el burguer con tu hermana a comer.
Los padres se habían dormido
Según leemos en Fox News 8, y tal y como explicó un agente de policía del condado de Columbiana, en Ohio, el padre había estado trabajando todo el día y se fue a dormir temprano, cansado. La madre se quedó en el sofá con los niños, y se quedó también dormida.
Fue en ese momento cuando al hermano mayor se le ocurrió que podrían irse a comprar unas hamburguesas. Cogió las llaves de la furgoneta de su padre y se fueron juntos a comprarlas.
El niño respetó las señales de tráfico
Los testigos que los vieron pasar declararon que durante el trayecto, de algo menos de dos kilómetros, entre su casa y la hamburguesería, no traspasaron el límite de velocidad y además respetaron las normas de tráfico, incluidos los semáforos y señales.
La policía ya estaba advertida, pero los niños lograron su propósito. Con él al volante y su hermana de 4 años sentada en el asiento de atrás, llegaron a su destino poco después.
Una vez allí, un amigo de la familia se los encontró y llamó al abuelo para explicarle que sus nietos estaban ahí, sin sus padres. En cualquier caso, ellos pidieron sus menús y se dedicaron a comérselos hasta que llegó la policía.
Al encontrarlos, el agente de policía descubrió que habían llegado allí gracias a YouTube. Una serie de vídeos destinados a enseñar a conducir sirvieron de lección para este pequeño, que fue capaz de conducir hasta su ansiado destino.
Aunque no hubo heridos, por suerte, se ha iniciado una investigación. Es muy serio que un niño de ocho años pueda llegar a coger un vehículo poniendo su vida en riesgo, la de su hermana, y la de todas las personas que conducen y caminan por la vía pública. De ahí la importancia de transmitir a los niños los valores y normas, lo que está bien y lo que no, y de vigilar los contenidos que ven, pese a que de buenas a primeras, unas clases de conducción no deberían hacernos sospechar de que un hijo se pondrá a conducir.
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