La RAE ha anunciando recientemente sus últimas modificaciones, entre las que se incluye una nueva definición de "juguete", una palabra que merecía una reivindicación porque sin duda, es mucho más que entretener.
En la antigua edición se definía el juguete simplemente como un "objeto que sirve para entretenerse", mientras que en la nueva se le ha dado una pequeña vuelta de tuerca. Apunta que es "un objeto con el que los niños juegan y desarrollan determinadas capacidades".
Tampoco han ido más allá, ya que del juguete se podrían enumerar muchísimos beneficios, pero han querido de alguna manera enfatizar la importancia del juguete como instrumento para fomentar determinadas capacidades y aptitudes en los más pequeños, cosa que antes no se hacía.
Podríamos mencionar muchas cualidades sobre el juguete. Es un instrumento para el juego, y aunque para jugar no siempre es necesario un juguete, estos ayudan a enriquecer la experiencia lúdica.
Los juguetes contribuyen al desarrollo físico, cognitivo y psicológico de nuestros hijos. Estimulan su inteligencia y creatividad, fomentan sus habilidades, abren la puerta a la fantasía, a la capacidad de crear historias, mundos inventados y a la posibilidad de jugar a ser otras personas. Y también, como no, les ayudan a conocerse mejor a sí mismos.
Hay juguetes y juguetes. Juguetes que quedan olvidados al día siguiente de comprados y otros que les acompañan durante toda la infancia, y a veces hasta se guardan como recuerdo para los hijos, ¿juegan tus hijos con algún juguete tuyo?.
La modificación de la definición de "juguete" era muy necesaria porque la anterior no reflejaba su verdadero valor, aunque todavía se podría hacer profundizado un poco más sobre su importancia y su papel como transmisor de cultura.
Vía | ABC
Foto | Thinkstock
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