Le ordenan dejar de amamantar a su bebé de siete semanas en IKEA tras la queja de otro cliente

Le ordenan dejar de amamantar a su bebé de siete semanas en IKEA tras la queja de otro cliente
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Estoy seguro de que llegará un momento, quizás en unos años, en que estas noticias dejarán de producirse porque amamantar a un bebé dejará de ser considerado sucio u obsceno. Mientras tanto, tenemos que seguir lamentando que pase y seguir quejándonos para mostrar el rechazo hacia aquellas personas que siguen sin entender que los bebés tienen que poder comer allí donde estén.

Si hace unos días invitaron a una mamá a amamantar en el lavabo, en una zapatería de un centro comercial aquí en España, algo parecido ha sucedido en el IKEA de Manchester, donde a otra mamá le ordenaron que dejara de amamantar a su bebé de 7 semanas porque otro cliente se había quejado.

Le dijeron que debía ir a la zona de lactancia

Su nombre es Katy Scrigna y estaba en IKEA, alimentando a su hija de siete semanas de edad, cuando el personal de seguridad del comercio se acercó para pedirle que se trasladara a la zona de lactancia.

Al parecer, para ir a hacer unas compras decidió ponerse a la bebé en un portabebés, de modo que pudiera estar más tiempo en calma y que, en caso de llorar, le pudiera dar el pecho sin alterar la visita a la tienda de muebles. Bastaba con sacar el pecho y "enchufárselo" para poder seguir caminando sin problema.

Y esto es precisamente lo que hizo: cuando la niña le pidió teta se la ofreció como siempre hace cuando están fuera de casa, y siguió a lo suyo. Poco podía pensar que un rato después el guardia de seguridad aparecería para decirle que había una zona de lactancia para hacer lo que estaba haciendo, y que la política de la tienda era que no se amamantara en la tienda, pero sí en esa zona.

La sala de lactancia no es de obligado uso

Todos los grandes comercios deberían disponer de una sala de lactancia para aquellas mamás que van a hacer varias compras, que van a pasar bastante rato y que pueden necesitar amamantar a su bebé o hijo en algún momento. Están por si una madre quiere hacer uso de ellas, pero no están para que las madres deban hacer uso de ellas.

Si una madre prefiere no dirigirse a dicha sala, porque ya le parece bien ir dando el pecho mientras camina o si ya está cómoda amamantando en otro sitio del comercio, no está haciendo nada que deba censurarse y, lógicamente, no debería ser invitada a acudir a la zona de lactancia porque entonces se la estaría discriminando por su condición de madre lactante.

Por esto motivo, Katy escribió en Facebook una queja pública en la que explicó todo lo sucedido: el guardia le explicó que otro cliente se había quejado al verla dando el pecho a su bebé en la tienda y por eso acudió a pedirle que hiciera uso de las instalaciones para madres lactantes. Ella le contestó que entendía que no estaba obligada a hacer uso de ellas, y que prefería seguir así, y el guardia insistió en que estaba prohibido y que si se negaba podría llamar a la policía.

IKEA lamenta lo ocurrido

Un portavoz de la tienda confirmó que el incidente tuvo lugar y pidió disculpas en nombre de la marca, alegando que fue un fallo en la comunicación de las políticas del comercio porque en IKEA tienen una política totalmente abierta en lo referente a la lactancia materna. Según leemos en Daily Mail, consideran que las madres pueden amamantar dentro de sus tiendas allí donde se sientan más cómodas.

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