Durante varios años miles de mujeres lactantes han sufrido en sus carnes el no poder tomar prácticamente medicamentos por culpa de estar dando el pecho. De hecho, aún las hay que se van a casa del médico con una triste receta de paracetamol o con un "vuelve cuando hayas destetado", por culpa de lo extendido que está el mito sobre la lactancia materna que dice que "si das el pecho no puedes tomar casi medicamentos".
Por suerte, muchas madres están ya informadas de que se trata de un mito y son capaces de explicar a los médicos los medicamentos que pueden tomar. Es triste, a muchos médicos incluso les molesta ("¿qué dices, que lo has leído en internet?"), pero es la única opción si quieren poder tratarse de algún problema o enfermedad con un medicamento que los médicos que no saben de lactancia no le recetarán.
La FDA cambiará los prospectos de los medicamentos
Uno de los mayores problemas para las madres es que muchos prospectos de medicamentos hablan de "Embarazo y Lactancia", cuando una cosa no tiene nada que ver con la otra. Durante un embarazo la transferencia de un medicamento al bebé es directa. Lo que toma la madre, lo toma el bebé. Por eso durante el embarazo hay que vigilar muchísimo qué tomar y valorar siempre el coste y el beneficio de tomar algo.
Durante la lactancia, en cambio, lo que toma la madre no pasa al bebé del mismo modo. La madre se toma un medicamento, va a su estómago, se absorbe por el organismo, algunos en gran cantidad y otros en cantidades ínfimas, pasa a la sangre, a la leche, el bebé se toma la leche, ésta pasa a su estómago, que la digiere, y la molécula del medicamento se absorbe para pasar a la sangre del bebé.
En todo este proceso hay medicamentos que ni llegan al bebé, y otros que llegan en tan poca cantidad que es absurdo no dárselo a la madre. Otros, en cambio, sí llegan en gran cantidad y pueden ser peligrosos, pero son una minoría y, precisamente por eso, es necesario que los prospectos cambien.
En EE.UU. están a punto de hacer ese cambio. A instancias de un informe realizado por la Academia Americana de Peditría, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) tiene previsto cambiar el etiquetado de los fármacos para que haya un apartado titulado "Lactancia" en el que madres y profesionales puedan leer información detallada de la transferencia de un medicamento a la leche materna y de cuál es el riesgo potencial para el bebé. Para ello, los fabricantes se verán obligados a hacer estudios con sus fármacos para saber cómo pueden afectar a la lactancia materna.
Lactmed y E-lactancia
Para tratar de ayudar a los médicos a recetar medicamentos a las madres lactantes se creó en EE.UU. una base de datos, administrada por la Biblioteca Nacional de Medicina, llamada Lactmed. En ella cualquier médico y cualquier persona, pues también las madres pueden acceder, pueden buscar un medicamento y leer la información relacionada para saber si es adecuado o no para una madre lactante.
En España tenemos E-lactancia, una página web creada por el Hospital Marina Alta, que tiene la misma función informativa para madres y médicos, a la que recurren siempre las madres cuando van al médico: "Mire, por favor, si puedo tomar este medicamento en e-lactancia". Muchos médicos hacen uso de ella, para bien de las madres, y muchos otros se resisten, supongo que por orgullo (o por miedo o inseguridad), perjudicando de manera más o menos seria a una madre: no es lo mismo que no te den algo para el dolor de cabeza, que no te den algo para una tuberculosis o una depresión, o una reacción alérgica, como le pasó a Mamá(contra)corriente.
Otras maneras de saber si un bebé puede tomar algo
Los médicos tienen estas herramientas a su disposición, pero además tienen otras herramientas muy útiles que pueden utilizar: la ciencia y la lógica. Los médicos son personas de ciencia, y son expertos en aplicar la lógica, así que combinando ambas cosas pueden ser capaces de saber si una mujer puede tomar o no un medicamento. Cada fármaco tiene unas características determinadas (peso molecular, grado de unión a proteína plasmática, tiempo máximo de concentración, etc.), que dicen, sin necesidad de estudios, si una mujer que amamanta puede tomar o no un medicamento (bueno, no sirve para todos los fármacos, claro, pero en algunos la cosa está muy clara).
Estos datos son útiles cuando un fármaco concreto no aparece en los listados de las bases de datos antes comentadas, o si no se tiene acceso a ellas. Hay que buscar entonces las características de los fármacos y aplicar la lógica. Moléculas con un tamaño muy grande no pueden pasar a la leche, así que por más que una mujer tome ese fármaco, al bebé no le pasará nada. De igual modo hay que tener en cuenta cuánto de ese fármaco pasa a la sangre, cuándo alcanza la concentración máxima, cuándo deja de hacer efecto, cuánto va a tomar la madre, durante cuánto tiempo, etc.
Aparte de estos factores hay dos que ayudan, y mucho, y que no tienen que ver con el fármaco: la edad del bebé y si es un medicamento que los bebés también toman. No es lo mismo dar una medicación a una madre que amamanta a un bebé de una semana que a una madre que amamanta a un niño de 18 meses. El primero se alimenta exclusivamente de leche y tiene sólo una semana de vida (pesa poco y hay fármacos que podrían afectarle mucho) y el segundo se alimenta de leche y de mil cosas más (la leche no es su alimento principal), y además pesa ya unos cuantos kilos, por lo que la misma cantidad de un fármaco que podría afectar al bebé, a él podría no hacerle nada.
Lo otro a tener en cuenta es que muchos de los medicamentos que se recetan a las madres los toman también los bebés. Imaginad la cara que se le puede quedar a una madre cuando le dicen "no tomes ibuprofeno, mejor paracetamol" y a su hijo le da ibuprofeno para la fiebre. O "no te puedo dar amoxicilina si no destetas" y luego resulta que en la primera otitis del bebé, con 2 meses, le dan amoxicilina.
En definitiva, es un mito
Las mujeres lactantes pueden tomar casi cualquier fármaco. Ahora sólo faltan que los médicos lo sepan para que no tenga que acabar pasando lo que muchas madres hacen y hemos explicado ya alguna vez en el blog: mentir. Muchas madres van al médico, explican lo que les pasa y omiten el hecho de que están dando de mamar a un bebé.
Entonces se van con la receta de la consulta, encienden el móvil, miran en e-lactancia si pueden tomarlo y, en caso de no ser compatible con la lactancia, dan marcha atrás y le explican al médico que han olvidado decir que dan el pecho, y que a ver si les puede recetar el fármaco "x", que saben que pueden tomarlo.
En ese momento cruzan los dedos para ver si tienen la suerte de dar con una persona que sabe del tema o con la suficiente profesionalidad como para, no sabiendo, buscar la información por el bien de la madre y por el bien del bebé.
Foto | Raphael Goetter, Coatl28 en Flickr En Bebés y más | ¿Cuál es el médico al que deben ir las madres que dan el pecho?, ¿Qué críticas pueden llegar a hacer los pediatras hacia la lactancia prolongada? (I) y (II), “Es un mito decir que la mujer que amamanta no puede tomar medicamentos”. Entrevista a José María Paricio (I) y (II)