En los últimos años, especialmente desde que las pantallas se han vuelto prácticamente parte de nuestro día a día con el uso de smartphones y tablets, se ha estudiado mucho el impacto que puede tener este tipo de tecnología en nuestra salud.
Especialmente, ha habido mucho énfasis en cómo las pantallas podrían beneficiar o afectar el desarrollo de los niños, pues las nuevas generaciones están en contacto con ellas prácticamente desde que nacen. Ahora sabemos, por ejemplo, que un uso excesivo puede ocasionar problemas de atención, retrasos en el desarrollo y puede afectar la gestión de sus emociones.
Pero que algunos estudios hayan encontrado cosas negativas no significa que debamos renunciar a ellas por completo ni que tengamos que prohibirlas a los niños - otros estudios han encontrado que también pueden ser positivas para ellos. La clave, desde luego, está en cómo son utilizadas.
Una nueva investigación, publicada en la revista JAMA Pediatrics, analizó más de 100 estudios sobre la influencia del uso de pantallas como televisión, videojuegos, smartphones y tablets, en el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños desde el nacimiento hasta los cinco años.
Tras esta revisión, en el que incluyeron más de 176.000 niños y sus familias de 30 países distintos, los investigadores obtuvieron cuatro consejos respaldados por la ciencia para que las familias sepan cómo hacer uso responsable y, sobre todo, saludable de las pantallas en la infancia de los niños.
1) Que el tiempo de pantalla sea compartido
Con esto se refieren simplemente a que vean las cosas juntos. Por ejemplo, si los niños quieren ver un programa infantil, nosotros habremos de sentarnos con ellos y acompañarles, pues diversas las investigaciones señalan que si los niños y sus padres o cuidadores usan las pantallas juntos, puede haber beneficios para las habilidades de pensamiento y razonamiento de los niños.
En este sentido, a pesar de que algunos estudios han encontrado que el uso de pantallas podría afectar el lenguaje, los investigadores de este análisis señalan que todo depende del contexto, pues cuando las ven junto a sus padres pueden tener interacciones y conversaciones que incluso ayuden a mejorar sus habilidades de comunicación social y el procesamiento del lenguaje, así como la adquisición de nuevas palabras.
2) Elegir contenido apropiado para su edad
Como ya lo han demostrado otros estudios, no todo el tiempo de pantalla es malo: hay programas que han sido diseñados para favorecer el aprendizaje de los niños o programas que pueden enseñarles diversos valores y lecciones positivas. Lo importante, es asegurarnos que el contenido sea apropiado para la edad de cada niño.
Por ejemplo, el estudio encontró un vínculo entre ver contenido inapropiado para la edad y habilidades sociales y comportamientos deficientes en los niños, por lo que prestar atención a lo que están viendo y evitar el contenido violento o para audiencias maduras es esencial.
Algunas de la cosas que debemos considerar como padres, además de revisar la clasificación del programa, película o videojuego que deseen ver y usar controles parentales, es preguntarnos si el contenido aporta algo a los niños, como promover el aprendizaje, estimular la imaginación o tener mensajes sociales positivos.
3) No dejar que las pantallas interfieran entre padres e hijos
La llegada de dispositivos como los smartphones y las tablets ha ayudado a que las pantallas estén presentes en todas partes. Pero que ésto pueda hacerse no quiere decir que sea lo más apropiado ni recomendable.
Entre los resultados del estudio, se encontró que los niños tenían mejores habilidades sociales, comportamiento y capacidad para regular sus emociones cuando los padres evitaban el uso de pantallas durante interacciones y rutinas como las comidas familiares.
Como ya lo dijimos alguna vez: a tu móvil no le afecta que no le prestes atención, a tus hijos sí. Hay que evitar entonces el uso de pantallas en momentos de interacciones familiares, para no afectar el vínculo entre padres e hijos.
4) No tener la televisión encendida de fondo
Finalmente, un consejo que -en caso de que lo hagamos- se puede corregir con el uso de un botón: no dejar el televisor encendido mientras hacemos otras cosas. Otro de los resultados del estudio, es que los niños tenían mejores habilidades de pensamiento, razonamiento y lenguaje cuando había menos televisión de fondo en el hogar.
Tener el televisor de fondo crea distracciones que pueden desviar a los niños del juego, que como sabemos es una fuente importante de aprendizajes, y también puede reducir las conversaciones entre padres e hijos. Por ello, mientras no estén viéndola de manera activa, lo mejor es apagarla.
Foto de portada | Helena Lopes en Pexels