Escribe decenas de cartas a su hija de 4 años para cuando ella ya no esté

Escribe decenas de cartas a su hija de 4 años para cuando ella ya no esté
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Su nombre es Heather McManamy, tiene 35 años, vive en Wisconsin y lleva dos años luchando contra un cáncer de mama que no ha logrado superar. La última noticia que tuvo al respecto es que el cáncer estaba en fase IV y que se ha extendido a los huesos y el hígado.

Tiene una hija de 4 años, Brianna, y este terrible diagnóstico quiere decir que como madre no podrá celebrar sus cumpleaños, no podrá estar presente cuando se gradúe, cuando se case, cuando tenga un hijo, ni tampoco en los eventos más cotidianos, como despedirla en el autobús el día que se vaya de excursión con el cole, prepararle la mochila cuando vaya a natación, el desayuno por las mañanas, o contarle un cuento o hablar de chicos en su adolescencia.

No podrá estar, pero ella ha decidido seguir formando parte de su vida de algún modo y por eso le ha escrito decenas de cartas tanto para los momentos más importantes de su vida, como para otros menos trascendentales, para que su hija tenga siempre presente cuánto le quiere su madre.

Cartas para toda una vida

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Tal y como explican en Yahoo Parenting, tenía 33 años y su hija 2 cuando supo que tenía cáncer. Durante estos dos años ha intentado superarlo, pero ha llegado un punto en el que no hay tratamiento posible:

Es desgarrador saber que mi familia va a estar triste y que va a pasar por una pérdida dolorosa sin estar yo para consolarlos. Algunos días es esta la parte más difícil de todo esto.

Y pensando en su hija, decidió empezar a escribir cartas para ella, para que tenga una para prácticamente cada momento de su vida:

Dime el momento que sea, que yo tendré una carta para ella. Algunas tienen mucho escrito en su interior y otras son simplemente mensajes cortos y dulces. Al igual que se lo escribiría si estuviera aquí. Tiene cartas para sus cumpleaños, para su graduación, para el día de su boda, para cuando tenga su primer bebé y para todo lo que pase entremedio. Tiene incluso para cuando tenga un mal día y para cuando tenga ganas de darle una patada a todo.

Al parecer compró tarjetas para escribir hace unos meses, pero tardó un tiempo en empezar a escribirlas porque se le hacía muy difícil. Tan difícil como que para escribir la primera tienes que tener asumido que ya no vas a estar ahí en el futuro.

Una vez empecé, me trajo tanta comodidad y tanta paz a mi mente que he superado esas dificultades.

Espero que sienta mi amor incondicional por ella y que sepa que todavía estoy con ella. Que pueda sentir lo orgullosa que voy a estar de ella en los días grandes y mis abrazos en los difíciles. Y que sepa que la amo con todo mi corazón por siempre jamás, sin importar lo que pase.

"Si no las lee, no pasa nada"

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A pesar del esfuerzo, Heather asegura que si leer esas cartas va a hacer que su hija esté demasiado triste, no pasará nada si no las lee:

No espero que haga algo en la vida que no sea encontrar su felicidad. No hay condiciones para estas cosas. Si Bri nunca abre una carta o mira un vídeo, por mí perfecto.

Confío en que Jeff hará lo correcto para ella en este sentido. Si no está bien, no se la dará. Tal vez el momento adecuado sea una o dos semanas después de su cumpleaños. Tal vez no lo será nunca. Sea como sea que lo hagan, estará bien.

En este sentido, entiendo que ella no quiera forzar a nada a su marido y su hija, pero estoy seguro que por muy triste que se sienta, por mucho que la eche de menos, querrá leer todas y cada una de las cartas y no una, sino mil veces.

"Esto deberían hacerlo también otras madres"

Heather comenta que tras comentar a varios amigos lo que está haciendo muchos le han dicho que ojalá tuvieran cartas o vídeos de sus padres para aferrarse a ellos, a esos recuerdos:

Cada día, el hecho de que voy a morir está delante de mí. La mayoría de personas tiene el lujo de desconocer este hecho. Pero aquí está el quid de la cuestión, algunos podrían irse incluso antes que yo.

En solo unos minutos puedes hacer algo como esto que dará a tus seres queridos una cantidad increíble de consuelo. Entonces, ¿por qué no hacerlo?

¿Ya has abrazado hoy a tus hijos? ¿Ya les has dicho cuánto les quieres?

La historia de Heather, Jeff y Brianna es una historia triste, cargada de emociones. He querido hablar de ella porque es algo que pasa a menudo y porque darle la espalda a estas cosas no hará que dejen de suceder. El cáncer no sabe de padres, de madres, de niños, de familias ni de amor. Y por eso no tiene ninguna consideración.

El trabajo de los que lo sufren es lidiar con ello como buenamente puedan y buscar soluciones como la de esta madre para que, de algún modo, nuestros hijos les recuerden siempre. Es lo menos, teniendo en cuenta que se perderán ver crecer a sus hijos.

Así que, como la mayoría tenemos la suerte de no saber cuando nos iremos, quizás no haga falta empezar a escribir cartas como si fuera a suceder, pero sí decirles cuánto les queremos y sí abrazarles cada día y decirles lo importantes que son para nosotros.

Esta es la lección con la que, al menos yo, me quedo de esta historia tan dura de leer y tan dura de contar (que a mí también se me han saltado las lágrimas mientras os la escribía).

En Bebés y más | No dejes que pase un día sin decirles lo mucho que les quieres

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