Muchos años atrás, la pregunta que se hacían jóvenes parejas antes de iniciar una vida en común era sobre el número de hijos que deseaban tener. Hoy en día, parece que la pregunta ha evolucionado directamente a "¿Quisieras tener hijos?".
Como ya lo hemos visto en reportes de los últimos años, la natalidad ha ido descendiendo gradualmente con cada generación. Mientras que la de nuestros abuelos se caracterizaba por tener familias realmente numerosas y extra numerosas como la norma, la mayoría los padres de hoy en día suelen rondar entre uno y dos hijos. Y las generaciones que vienen reducen ese número aún más.
De acuerdo con un reporte reciente, un gran porcentaje de los jóvenes y adultos de la generación Z (y unos cuantos millennials) no desean tener hijos. Los motivos son diversos, pero el más grande es el que titula este escrito: quieren tener más tiempo para ellos mismos.
Según los resultados de la encuesta realizada a adultos de 18 a 34 años que aún no habían formado una familia propia, se encontró que uno de cada cuatro definitivamente no planea tener hijos. Del resto, el 55% sí piensa tener hijos, mientras que otro 20% dice no estar seguro.
Los motivos detrás de la decisión de los que han elegido no tener hijos son varios, que van desde decisiones personales hasta cuestiones de salud:
- El 49% dice que desea tener más tiempo para enfocarse en ellos mismos.
- 47% señala que los problemas financieros son la causa.
- Al 38% el temor del estado actual del mundo es lo que les frena.
- 35% se sienten preocupados por el impacto que tener hijos puede traer al medio ambiente.
- El 28% dice que prefiere priorizar sus aspiraciones profesionales.
- El 22% restante señala condiciones médicas existentes como su razón principal para no tener hijos.
Además, menos de la mitad de los encuestados señaló que tener hijos era importante para sentirse satisfechos o plenos en sus vidas.
Los más jovenes ya no se sienten presionados por tener hijos
Otro resultado que arrojó la encuesta, es que el 71% de los participantes considera que existe presión social por tener hijos propios, algo que el 40% de los encuestados menciona viene de los propios miembros de su familia.
Tal y como lo mencionábamos cuando hablamos de la adultolescencia, la nueva etapa de vida entre la adolescencia y la adultez que dura cada vez más, los adultos jóvenes de hoy en día no tienen como prioridad tener en familia propia.
En cambio, sus objetivos de vida están más alineados con aspiraciones personales y profesionales, como trabajar en su salud mental y continuar preparándose académicamente. Incluso quienes sí piensan tener hijos han decidido postergarlo hasta sentirse más estables y haber avanzado considerablemente en su carrera profesional.
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