La cara más triste de la pobreza en México: una madre viaja con el cadáver de su hijo de tres años envuelto en una bolsa
Como mexicana, hay muchas cosas en mi país de las cuales me siento orgullosa. Pero también, hay otras que me provocan dolor y tristeza. Como madre, mi sentir sobre esas cosas aumenta, pues ahora no sólo se trata de nosotras, sino de nuestros hijos.
La historia que a continuación les compartiré es una que en México nos ha dejado sin palabras, pues se trata del viaje que hizo una madre con el cuerpo de su hijo, después de fallecer por un problema en su corazón que no pudo ser atendido.
La noticia
Todo comenzó cuando el periodista Carlos Jiménez compartió en su cuenta de Twitter dos fotografías de una señora con un niño muerto en brazos, acompañadas del siguiente texto: "Mujer lleva envuelto en bolsas de plástico y cobijas a su hijo muerto. Iba de la CDMX a Puebla en autobús para sepultarlo allá".
Mujer lleva envuelto en bolsas de plástico y cobijas a su hijo muerto. Iba de la CDMX a Puebla en autobús para sepultarlo allá. pic.twitter.com/lBKq6UgH80
— Carlos Jiménez (@c4jimenez) 4 de diciembre de 2017
Quienes se dieron cuenta de esto fueron las personas que se encontraban en la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente en la Ciudad de México. De inmediato llamaron a las autoridades y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública acudieron al lugar para hablar con la madre.
Su nombre es Silvia Reyes y el pequeño niño que llevaba envuelto era su hijo Miguel, de tan solo tres años. Ella es de origen indígena y con su escaso español respondió las preguntas que le hacían las autoridades al momento de entrevistarla. Explicó que su hijo tenía un problema cardíaco desde que nació, y habían viajado a la Ciudad de México para que su hijo fuera atendido pues comenzó a ponerse mal, sin embargo, el pequeño falleció antes de que esto sucediera.
Ella fue interrogada por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México y el personal médico certificó que el niño había muerto de causas naturales, debido a un infarto agudo al miocardio y ataque epiléptico. El personal de la PGJ le ayudó a realizar los trámites necesarios y con el traslado del cuerpo de su hijo a su Acambay, Estado de México.
La pobreza en México
Seguramente al igual que miles de personas te estés preguntando: ¿cómo es posible que esto haya ocurrido? Y es que la situación actual en México es verdaderamente lamentable. Actualmente existen 53.4 millones de pobres, es decir, el 43.6% de la población. Mientras tanto, el 50.6% de la población en México (62 millones de personas) tiene ingresos insuficientes para comprar la canasta de alimentos, bienes y servicios básicos.
De acuerdo con información del Huffington Post, el estado de Puebla en 2016, de donde provenía Silvia, hubo más de 5 millones de personas en situación de pobreza extrema y que no tienen acceso a servicios de salud, alimentación y educación.
El periodista Javier Risco compartió en su cuenta de Twitter una columna que escribió acerca de lo sucedido, y en donde comenta que Miguel Ángel es un niño que forma parte del 48% que nace, vive y muere en situación de carencia.
“La muerte de Miguel Ángel”
— Risco (@jrisco) 5 de diciembre de 2017
De una mujer con el cadáver de su hijo en brazos, esperando un camión rumbo al Estado de México.
Una historia brutal en la CDMX.
[Vía @ElFinanciero_Mx] pic.twitter.com/HhrnGmtYdx
Al igual que él, miles de preguntas invaden mi mente, intentando entender cómo pasó todo esto y lo que sintió Silvia, la desesperación que la llevó a transportar el cadáver de su hijo de esta manera. Es indudablemente un hecho lamentable, una verdadera tragedia, de esas que deseas no fueran una realidad. Pero lo son.
Aunque no conocemos toda su historia, suponemos que ella no pudo tener acceso a una vida mejor por la falta de oportunidades, la pobreza, falta de recursos y de acceso a la educación. La salud es un derecho que debemos tener todos.
Esta es una noticia que te deja sin palabras, pero que también te invita a reflexionar y pensar en el esfuerzo que debemos hacer todos como país y como personas, como seres humanos, para impedir que situaciones como ésta sigan ocurriendo.
Como madre solo puedo imaginar lo grande que debió ser su soledad y sus necesidades para llegar a esa decisión. Ninguna madre debería sentirse tan sola, sin saber qué hacer o a dónde acudir por ayuda. Ninguna madre debería pasar y sentir un dolor como éste, nunca.
Vía | Excelsior
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