Divorciarse ya no es lo mismo que en generaciones pasadas. Mientras que antes era algo que se consideraba prácticamente inaceptable y solía ser mal visto, hoy en día se suele juzgar menos a quienes lo hacen e incluso, se les felicita.
En parte esto es gracias a la información que encontramos actualmente sobre psicología e inteligencia emocional, que nos ayudan a darnos cuenta de comportamientos que pueden ser tóxicos y nos motivan a buscar relaciones más saludables y alejarnos de las que nos hacen daño.
De hecho, esto último es quizás una de las razones por las que las personas divorciadas hacen algo que hace unas décadas se consideraría impensable: celebrar su divorcio con una fiesta. Y lo hacen a lo grande.
Un ejemplo de ello es Sabrina Philipp, una consejera de negocios e influencer que hace unos meses escribió un artículo para la revista Grazia, en el que compartía lo mucho que se había divertido en su fiesta de divorcio en la que gastó 30 mil dólares (unos 27 mil euros).
Pero además de ello, Sabrina se sinceró sobre los motivos por los cuales había decidido divorciarse: "Nuestro matrimonio fue muy infeliz", escribe en el artículo, añadiendo que incluso desde el día de su boda sentía que las cosas no iban bien:
"Tres años después de conocernos, mi exesposo y yo nos casamos en Copenhague durante la pandemia de COVID, el 5 de agosto de 2020. Mis padres lo vieron por Zoom, y recuerdo haber llorado mientras decía 'sí, acepto'. Todos pensaron que era porque estaba muy feliz, pero en realidad estaba pensando: '¿Qué he hecho? Mis padres no están aquí.'", cuenta. "Creo que, para muchas personas, el día de su boda es un gran logro. Pero a mi familia nunca le agradó mi exesposo. Sentía como si me hubieran estado insinuando: 'No tienes que seguir adelante con esto.'"
"Si voy a gastar todo este dinero, entonces debería tener una fiesta para celebrarme a mí misma"
Tras los trámites de divorcio, en los que Sabrina terminó gastando cuatro veces más de lo esperado y además tuvo que compensar a su ex esposo por los ingresos que ella tenía, decidió que después de todo esto, merecía celebrarlo por todo lo alto.
Así, organizó una enorme fiesta con sus amigos más cercanos, en la que bebieron, comieron y celebraron el cierre de esa etapa en su vida y el inicio de otra:
"Mi momento favorito fue lanzar mi anillo de boda al mar con un tirachinas antes de sentarnos a cenar", comparte. "Fue realmente sanador, y tal vez algún día el anillo llegue a la orilla y se convierta en el regalo del mar para alguien".
Pero aunque la compañía, la comida y el vino fueron parte importante de la fiesta para ella, Sabrina hace énfasis en la importancia emocional que tuvo realizar esta celebración:
"Pienso en mi fiesta de divorcio todos los días; nunca me he divertido tanto en mi vida. Sales del divorcio sintiéndote tan rota y no querida, así que es poder decir: ‘Lo logré, maldición.’", escribe. "Quiero cambiar la narrativa a: ‘El divorcio es algo que podemos celebrar de verdad y marcar como un momento importante en tu vida, no un momento de vergüenza, sino un momento de transformación.’ No necesitas gastar tanto como yo lo hice en una fiesta de divorcio, pero no creo que debamos avergonzar a las personas por celebrar los momentos importantes de sus vidas".
Cada vez se organizan más fiestas de divorcio en España
La experiencia de Sabrina ya no resulta tan extraña: cada vez se celebran más fiestas de divorcio, usualmente por lo mismos motivos que ella y que van desde reconocer la valentía de dejar una relación tóxica, hasta transformar un momento triste en un evento que marca el inicio de una nueva etapa.
Y aunque este tipo de celebraciones suele verse más en países como Estados Unidos -donde de acuerdo con la empresa de invitaciones electrónicas Evite alcanzaron un nuevo récord en 2023-, poco a poco ha ido cruzando fronteras y océanos para ser replicada en otros tantos.
Un ejemplo de ello es España, donde el informe titulado “Radiografía del ocio en España”, elaborado por el área de investigación de la empresa de comunicación Atrevia, señala que el 8% de los españoles celebra su divorcio. De todo el país, Madrid es la comunidad donde más se celebran, superando la media y alcanzando un 10%.
Así que tal y como sucedió con otras celebraciones que se han adoptado de la cultura estadounidense, probablemente esa cifra aumentará en los próximos años.
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