“¿Por qué no?” ha pensado el propietario del restaurante Storchen en el lujoso complejo suizo Winthertur. ¿Por qué no incluir la leche materna como ingrediente? Al fin y al cabo es más natural para el consumo humano que la leche de vaca o de cabra, ¿o no?
Ha querido mejorar su menú incluyendo algunas especialidades como estofado, sopas y salsas con un contenido de hasta con un 75% de leche materna. Ingenioso, sin duda.
Ya había pensado reclutar donantes a quienes les pagaría unos 10 euros por cada litro de leche, pero la originalidad no le ha durado mucho, pues ante el anuncio han saltado todas las alarmas.
Por un lado, los asesores de lactancia se quejaron de que podría ser perjudicial para los bebés de las madres lactantes que su producción fuera destinada al restaurante en lugar de a sus propios bebés.
Por el otro, las autoridades sanitarias prohibieron la venta de comidas preparadas con leche humana por su dudosa procedencia. Cuando se dona leche materna en un hospital o en un banco, ésta pasa controles antes de ser suministrada a los bebés, pero éste no era el caso.
Uno de los argumentos vertidos fue que la leche materna “ha sido diseñada” para los bebés mientras que su consumo no contiene ningún valor nutricional para los adultos. Con ese mismo concepto, la leche de vaca “ha sido diseñada” para los terneros y no para los bebés ni los humanos adultos.
La cuestión es que el restaurante se ha vuelto el más controvertido del barrio, se ha hecho buena publicidad y ha destapado un interesante debate.
Vía | Parentdish | Swissinfo
En Bebés y más | Leche materna en tetrabrik