Siete cosas que hacemos las personas introvertidas y pueden parecer raras (pero no lo son)

Siete cosas que hacemos las personas introvertidas y pueden parecer raras (pero no lo son)
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Las personas, por lo general, pueden clasificarse en dos categorías: introvertidos o extrovertidos, aunque también hay una categoría de la que, a pesar de ser muchos, no siempre se habla: los ambivertidos, que son una combinación de ambas personalidades.

Pero hablando específicamente de los primeros, podemos observar que, ante los ojos de muchos, quienes somos introvertidos parecemos salirnos de la norma, porque solemos tener un comportamiento social diferente al de la mayoría de las personas.

Sin embargo, pese a que algunos podrían considerarnos extraños, lo cierto es que los introvertidos solo somos diferentes y, al conocernos, es posible entendernos mejor. Estas son siete cosas que hacemos las personas introvertidas y pueden parecer raras a otros, pero no lo son.

1) Disfrutamos la soledad

Una de las cosas que más sorprende a las personas extrovertidas es lo mucho que los introvertidos disfrutan la soledad - especialmente en un mundo donde se pone mucho énfasis en las relaciones sociales y los beneficios que éstas pueden aportar a la salud.

Pero para los introvertidos, la soledad no solo es una necesidad: también es algo que aporta calma y paz, y es la manera en la que recargan energía, especialmente tras muchas interacciones sociales. No es que seamos antisociales o apáticos, solo disfrutamos mucho de nuestro tiempo a solas.

2) Evitamos las conversaciones superficiales

Si tienes a una persona introvertida en tu vida, quizás hayas notado que no es la mejor conversadora. Pasa que las conversaciones superficiales no son algo que encante a los introvertidos, sino todo lo contrario. Si no tenemos nada interesante qué decir o qué escuchar, preferimos quedarnos callados.

Y no es porque seamos tímidos, exigentes o queramos tener siempre conversaciones serias y profundas. Simplemente nos gusta conectar de verdad con los demás y hablando del clima o del chisme del momento no lo vamos a lograr.

3) Preferimos la comunicación escrita

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Foto | Luke Porter en Unsplash

Puedes enviarme un mensaje, escribirme un e-mail o dejarme una nota... pero por favor, no me llames (porque probablemente no te voy a responder). Por extraño que esto pueda parecer, no estamos siendo evasivos ni mucho menos. Solamente preferimos comunicarnos de esta manera.

Al hablar con los demás de forma escrita, tenemos mayor oportunidad de organizar nuestras ideas y decidir qué es lo que deseamos decir o responder. Lo que nos lleva al siguiente punto...

4) Necesitamos tiempo para pensar

A diferencia de las personas extrovertidas, los introvertidos tendemos a ser más reflexivos y, en consecuencia, necesitamos un poco más de tiempo para pensar antes de responder o tomar una decisión. Cuando interactuamos, nos gusta hacerlo de la mejor manera posible, y esto está relacionado con la característica que enlistamos a continuación.

5) Observamos y analizamos

Una señal inequívoca de que una persona es introvertida es su naturaleza observadora y reservada. En fiestas o reuniones, somos los que solemos permanecer en silencio, mientras observamos y analizamos lo que sucede a nuestro alrededor.

Esto es muy similar a lo que comentábamos previamente: nos gusta prepararnos para nuestras interacciones sociales y, en caso de terminar participando, hacerlo de manera que agregue algo a la conversación o situación.

6) Prosperamos en entornos tranquilos

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Foto | Michele Bergami en Unsplash

¿Recuerdas lo que mencionábamos sobre disfrutar la soledad? Pues no solamente disfrutamos el estar solos, sino también amamos los entornos tranquilos. A diferencia de personas que se desenvuelven mejor en un entorno dinámico y estimulante, a los introvertidos nos ayuda más un espacio en el que haya las menores distracciones posibles.

7) Evitamos ser el centro de atención

Finalmente, algo que no es novedad pero que sí puede resultar raro en ciertas situaciones: no nos gusta ser el centro de atención y, siempre que sea posible, evitaremos serlo. Sí, incluyendo en nuestro propio cumpleaños o al momento de recibir un premio o reconocimiento.

No es porque no nos gusten las celebraciones, sino que está relacionado con el punto previo: disfrutamos más los ambientes tranquilos y nos gusta celebrar de manera íntima en un entorno donde nos sintamos relajados.

Foto de portada | Alexandru Zdrobău en Unsplash

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