Desgraciadamente, el duelo está muy invisibilizado y desautorizado en nuestra sociedad. ¿Sabías que si se muere un familiar, solo tienes dos días de permiso en el trabajo? Al menos así es en España.
Así, aunque el duelo es una experiencia universal, nuestra sociedad parece decidida a ignorarlo. Dos jornadas para gestionar la pérdida de un ser querido, resolver trámites legales y, sobre todo, afrontar el impacto emocional de un suceso que, inevitablemente, cambia vidas.
La paradoja es evidente: el matrimonio, un momento de celebración, conlleva un permiso de 15 días, mientras que el duelo, que requiere recogimiento y apoyo, apenas ocupa espacio en la legislación.
Una ley que ignora el dolor
El Estatuto de los Trabajadores, en su forma actual, estipula que el permiso por fallecimiento de un familiar cercano es de dos días, ampliable a cinco si el suceso ocurre en otra localidad. Es un tiempo claramente insuficiente.
Ni siquiera la aprobación de la última Ley de Familia ha modificado este apartado, aunque sí haya ampliado el plazo para cuidar a un familiar enfermo hasta los cinco días.
Como explica María González Lacabex, abogada de la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPa), la primera versión de la ley sí contemplaba esta modificación, pero se aceleró para cumplir con la directiva de conciliación de la Unión Europea.
Procesar el duelo: algo complejo en nuestra sociedad
Psicólogos y expertos coinciden en que esos días no permiten siquiera procesar el shock inicial de una pérdida. Además, hay un factor práctico que se pasa por alto. Más allá del dolor, el fallecimiento de un familiar conlleva una avalancha de trámites legales, y dos días no son suficientes para enfrentarlas.
Por su parte, la ilustradora e historietista Moderna de Pueblo, elaboró una historieta, publicada en Cultura Inquieta, visibilizando las dificultades que enfrentan las personas en duelo a la hora de sentirse comprendidas, con algunas ideas sobre cómo acompañar estos procesos.
Comparativas que indignan y los permisos en otros países
Volviendo al permiso, la comparación con otros permisos laborales genera indignación. El abogado laboralista Juan Ramón Méndez señala en X que es "obscenamente corto" el tiempo otorgado para el duelo, especialmente en comparación con otros eventos de la vida, como una boda o un resfriado, que pueden justificar ausencias laborales más prolongadas.
Y añade: "El fallecimiento de un ser querido supone un trastorno personal y familiar importante, que no se amortigua con unos pocos días de permiso laboral".
Mientras otros derechos laborales, como la baja por paternidad, han evolucionado significativamente (pasando de dos días a 16 semanas), el permiso por duelo permanece anclado en el pasado.
Y el problema no es solo español. En muchos países, los permisos por fallecimiento son escasos. Sin embargo, hay excepciones. Portugal, por ejemplo, ha extendido este permiso a 20 días para la muerte de un cónyuge o descendiente (aunque mantienen los cinco días para padre o madre), mientras que en Francia se han ampliado a 12 días en casos similares.
¿Por qué el duelo importa en el trabajo (y fuera de él)?
Más allá de la humanidad básica que debería guiar las decisiones laborales, la falta de apoyo adecuado en el duelo también tiene un impacto negativo en las empresas. Los empleados que regresan demasiado pronto al trabajo suelen enfrentarse al "presentismo": están físicamente presentes, pero emocionalmente ausentes.
La fatiga, la falta de concentración y el estrés acumulado pueden derivar en problemas de salud más graves, como ansiedad o depresión, que a menudo terminan en bajas laborales prolongadas.
Además, el duelo impacta a todos los niveles, generando alteraciones en el sueño, problemas de memoria y dificultades para gestionar el día a día. Por eso es tan importante poder ampliar estos permisos y así vivir un duelo desde otro lugar más amable y humano.