Que un niño se muera de malnutrición es una realidad cruel que se da en muchos rincones del planeta cada día. Que lo haga en nuestro “primer mundo” es más raro, por eso llama la atención esta noticia que habla de una pareja francesa que está siendo juzgada por la muerte de su hija de 11 meses por malnutrición.
Sergine y Joel Le Moaligou son una pareja de veganos que decidieron no hacer caso a las recomendaciones de la OMS de introducir la alimentación complementaria del bebé a partir de los seis meses de vida y lo alimentaron durante más meses exclusivamente con leche materna, además de no hacer un seguimiento adecuado de la salud del bebé y desatender las orientaciones médicas.
Los hechos se produjeron en marzo de 2008, cuando los Moaligou, preocupados por la delgadez y palidez del bebé, avisaron a los servicios de emergencias, que solo pudieron confirmar la muerte de la pequeña al llegar a la casa de la familia en Saint-Maulvis, a unos 145 kilómetros al norte de París.
Louise presentaba un peso notablemente inferior a la media para su edad, y la autopsia reveló que presentaba una carencia de vitamina A y B12, algo que, según los expertos, aumenta la probabilidad de sufrir infecciones y que sería debido a un “desequilibrio alimenticio”. Se determinó que la causa de la muerte era una neumopatía aguda.
Los padres, recelosos de la medicina convencional, preferían cuidar y curar a sus hijos por sus propios medios y a partir de sus lecturas de libros. Según los conocedores del caso, tras un examen médico cuando Louise tenía nueve meses, los padres decidieron no seguir el consejo del médico que les recomendó hospitalizar al bebé ante la bronquitis que padecía y la pérdida de peso.
Los remedios caseros y la desatención médica pudieron agravar los problemas de salud de la pequeña, algo que sus padres ahora reconocen. Están acusados de “abandono o privación de comida seguido de muerte” y se enfrentan a una pena de 30 años de cárcel.
La dieta vegana, que no incluye ningún tipo de alimento de origen animal, no es que sea mala en sí misma, y en los adultos puede reportar determinados beneficios para la salud si se hace de manera adecuada, consiguiendo un equilibrio nutricional y buscando suplementar las posibles carencias.
Por ejemplo, no existen alimentos vegetales que puedan considerarse fuentes fiables de B12, así que los vegetarianos y veganos deben ingerir suplementos o alimentos enriquecidos para cubrir las recomendaciones de salud, algo que a la vista de los resultados de la autopsia no realizaba la madre del bebé.
Lactancia materna exclusiva más allá de los seis meses
Recordamos que el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría señala que las madres vegetarianas que amamantan a su bebé han de tomar un suplemento de vitamina B12, aparte de las recomendaciones generales del suplemento de yodo.
Por otro lado, aunque el bebé hubiera recibido alimentación complementaria vegetariana o vegana, también existirían deficiencias en su alimentación como señalan distintos Organismos de salud internacionales y de Pediatría. Una dieta vegetariana no sería adecuada para los niños, a no ser que se suplan las carencias asociadas, especialmente si se trata de dietas vegetarianas estrictas o veganas.
Está claro que la lactancia materna le aporta todo lo necesario al bebé durante los seis primeros meses de vida, e incluso muchos bebés pasarán algunos meses más con dificultades para probar nuevos alimentos y saldrán adelante gracias a la lactancia materna, especialmente si hay un seguimiento médico adecuado y se ofrece algún suplemento vitamínico.
Recordemos que la leche de madre sigue siendo el principal alimento hasta el año de vida. Según la OMS:
La alimentación complementaria se define como el proceso que comienza cuando la leche maternal sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los lactantes y por ende, otros alimentos y líquidos son necesarios además de la leche materna. El rango de edad óptimo para dar alimentación complementaria está habitualmente entre los 6 y 24 meses de edad, si bien la lactancia materna puede continuar hasta después de los dos años.
Por lo que no ofrecer nuevos alimentos al bebé a partir de los seis meses del bebé de una manera prolongada y no controlar su estado de salud puede acarrear problemas, especialmente si hay enfermedades para las que el organismo necesita estar fuerte, como parece ser que fue el caso de este bebé.
Una carencia prolongada de nutrientes básicos para la salud de los bebés puede provocarles daños irreversibles e incluso la muerte como ha sido en este caso.
No se trata de juzgar el modo de vida de los padres, ni soy quién para condenarlos, e intento imaginar el dolor por el que estarán pasando. Pero cuanto menos me parece que, si efectivamente se confirma, dejar morir de malnutrición a un bebé es una negligencia horrorosa, independientemente de lo que coman o dejen de comer ellos.
Vía | El País
Más información | OMS
Fotos | Valerie Everett y H Dragon en Flickr-CC
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