En estos momentos yo aún disfruto de la acumuación de horas de lactancia, y no quiero pensar que me restaran ni un solo día de ese derecho si fuera trabajadora interina. Es lo que le ha sucedido a Sonia C., una maestra de música interina de Granada.
Es madre de mellizos desde noviembre, y ella contaba con 8 semanas más de baja (4 por cada bebé) al acumular horas de lactancia y así poder cuidar a sus hijos en casa. Pero al presentar la solicitud en la Delegación provincial de Educación de Granada le comunicaron que no podía disfrutar de este tiempo completo.
Al ser interina, lo que le correspondía era una parte proporcional ya que no se sabía si el próximo curso seguiría trabajando para ellos. De modo que se podría quedar con unos 14 días disponibles para seguir cuidando de los bebés, y eso que trabaja durante todo el curso. En su mismo caso, una maestra funcionaria gozaría de los 2 meses más.
Se está discriminando a una mujer por el hecho de no ser funcionaria, cuando difícilmente este sistema educativo funcionaría sin interinos. Se está discriminando a una madre en su derecho a atender a sus bebés, se están restando horas de lactancia y de cuidados a los pequeños.
Es vergonzoso que se vayan robando horas de lactancia y eso en el caso de poder acumularlas. ¿Cuándo se van a dar cuenta de que es un derecho de las madres el poder atender a sus bebés? Un derecho, una necesidad de los pequeños. Claro que, desgraciadamente, muchas mujeres que no trabajan en el sector público ven aún más mermado, si no imposible, ese derecho.
Ojalá desaparecieran las trabas, incluso trampas, que tristemente los padres hallan con tanta frecuencia para poder conciliar la vida laboral y la profesional. Ojalá se extendiera ese derecho de acumulación de horas de lactancia a todos los ámbitos profesionales, públicos y privados, sin perjuicio de ninguna trabajadora. Entonces nos encaminaríamos hacia una verdadera conciliación.
Ojalá nuestra sociedad fuera consciente de que el futuro está en manos de nuestros hijos, que hay que cuidarlos, a ellos y a los padres y madres, facilitando al máximo la labor de la maternidad y la paternidad, haciendo que no sean incompatibles con la vida laboral. Y ojalá dejen de repetirse hasta desaparecer casos tan vergonzosos como éste.
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