Regresiones en niños: por qué nuestros hijos han dado algunos pasos atrás durante la cuarentena y cómo podemos ayudarles
La cuarentena a causa del coronavirus ha venido a cambiar por completo nuestras vidas. De un día para otro, tuvimos que dejar la normalidad que conocíamos, para mantenernos encerrados en casa para prevenir el contagio en nuestra familia.
Recientemente hablamos acerca de cómo nuestros hijos parecen tener mamitis y de los efectos que está teniendo el confinamiento en ellos. Continuando con esta temática, hoy hablaré de las regresiones en niños: por qué han dado algunos pasos atrás durante la cuarentena y cómo podemos ayudarles.
¡Mi hijo tiene mamitis/papitis!
Al igual que muchas madres, después de un par de semanas en cuarentena, comencé a notar un comportamiento peculiar y muy marcado en mi hija: me seguía a todos lados y no quería despegarse de mí. Eso que comúnmente algunas personas llaman "mamitis", pero que también puede suceder con los padres.
Hace unos días escribí sobre este nuevo comportamiento que ha surgido durante la cuarentena, y expliqué que simplemente era la forma en la que los niños nos demostraban que tenían necesidades de afecto y seguridad, durante una época llena de incertidumbres y cambios en su vida.
Pero además de esta "mamitis" que mi hija estaba mostrando, también noté que parecía que hubiera dado unos pasos atrás en su desarrollo, pues muchas de las cosas que ya hacía sin ayuda ahora nuevamente me pide que las haga yo o simplemente, no le gusta hacerlas estando sola.
Tranquilo, a tu hijo no le sucede nada malo
Debes saber que si en tu casa sucede lo mismo, no estás solo. Son decenas de madres y padres los que nos han comentado cómo sus hijos, independientemente de si tienen tres u once años, mostraban haber tenido regresiones en diversos aspectos:
Aquellos que ya comían sin ayuda, piden a mamá que les dé el alimento en la boca, como cuando aún no sabían sostener una cuchara. Los que ya iban al baño solos y sin problemas, han tenido algunas fugas o accidentes, o siguen yendo solos, pero ahora piden que se quede alguien con ellos cerca o dentro del baño acompañándoles.
Otros, como mi hija, muestran temor a la oscuridad y parece que han olvidado cómo encender la luz. En algunos casos, como sucede en nuestra casa, los niños que ya dormían en su propia cama o habitación, han pedido nuevamente un hueco en la nuestra.
Todos estos comportamientos, por más extraño que pueda sonar lo que diré, son normales. Y digo que son normales, porque debemos recordar que están teniendo lugar cuando estamos viviendo una situación inusual, en la que a los niños se les alejó de la vida que conocían. De su normalidad.
Para nosotros, estas regresiones pueden ser motivo de preocupación, pues somos sus padres y velamos siempre por su bienestar. Pero no debemos alarmarnos ni pensar que algo grave está sucediendo con nuestros hijos.
Esos pequeños retrocesos que muestran nuestros hijos, son una de las formas en las que ellos expresan el impacto y efecto que está teniendo el confinamiento en ellos. Afortunadamente, hay algunas cosas que podemos hacer para ayudarles en estos casos.
Qué hacer ante estas regresiones
Como ya lo he dicho, tanto la mamitis/papitis como las regresiones, son simplemente la forma en la que nuestros hijos nos manifiestan que no se encuentran bien y que nos necesitan. Lo primero que debemos hacer ante esto es mantener la calma y ponernos un poquito en su lugar.
Afortunadamente, estas regresiones son temporales, y para entender mejor esto, tenemos la opinión experta de la doctora Miryam Triana Junco, pediatra especialista en neonatología y consultora internacional de lactancia materna:
La mayoría de estas regresiones son transitorias. En muchas situaciones aparecen cuando hay algo que les está afectando: el estrés, los cambios (ej. cambio de domicilio, comenzar el cole), problemas familiares, el nacimiento de un hermano...
Debemos enfocarnos en solucionar el problema de base; por ejemplo, en esta época de confinamiento tal vez necesiten que les expliquemos la situación de manera que lo entiendan, pueden necesitar más cariño y que estemos más a su lado, técnicas de relajación o por el contrario, "descargar adrenalina" con unas carreras por el pasillo o una guerra de cosquillas.
Dependiendo de la edad, podemos hablar con ellos sobre estas regresiones: preguntarles por qué el cambio, cómo se sienten... En algunas situaciones la distracción puede funcionar, por ejemplo cuando se meten el dedo en la boca. Como he dicho, estas regresiones infantiles suelen ser pasajeras; si vemos que prolongan en el tiempo (meses) o que asocian otras alteraciones (cambios físicos, alteraciones de conducta), debemos consultar.
Una situación más especial es el volver a hacerse pis. Es normal que niños pequeños que habían dejado el pañal hacía poco vuelvan a tener escapes (o a aumentar su frecuencia) en situaciones de estrés. Es recomendable, como dije, tratar el problema de base; también puede ser útil ofrecerle o recordarle ir al baño cada cierto tiempo.
En cuanto a los escapes durante la noche, en principio son normales hasta los 5 años. En pediatría hablamos de enuresis (hacerse pis por la noche) secundaria cuando vuelven a mojar la cama tras más de 6 meses sin hacerlo. Aunque las causas más frecuentes son las psicológicas (estrés, problemas familiares o en el colegio, celos...) es recomendable consultar en este caso con el pediatra. Igualmente debemos hacerlo si los escapes asocian otros síntomas: dolor o escozor al orinar, cambios en la cantidad de orina, aumento del número de veces que orinan, orina turbia o con sangre, si además del pis hay estreñimiento o encopresis (escape de caca).
Cómo podemos ayudar a nuestros hijos
Como lo hemos dicho, debemos intentar no dar mucha importancia a estos pequeños pasos en retroceso, y tratarlos con mucha comprensión y cariño de nuestra parte, sin culpar, regañar o castigar a los niños.
Además de esto, otra cosa muy importante que podemos hacer para apoyar a nuestros hijos si presentan regresiones a causa de la cuarentena, es cuidar su bienestar físico y emocional. Para ello, podemos hacer lo siguiente:
- Asegurarnos que tengan un buen descanso. Un sueño y descanso adecuados son sumamente importantes en la infancia para un sano desarrollo, pero estos pueden verse afectados por el confinamiento. Mantener una rutina para ir a dormir y respetar las recomendaciones de horas de sueño según su edad son clave.
- Mantenernos activos con ellos. El encierro puede hacer que los ánimos decaigan y por ello, es importante asegurarnos de mantenernos activos por lo menos durante unos minutos cada día. Bailar, jugar, saltar y hacer estiramientos son algunas de las actividades que podemos hacer para ejercitarnos con ellos.
- Procurar llevar una dieta y alimentación adecuadas. Ahora que estamos en casa, todos nos encontramos cocinando y probando nuevas recetas. Si bien la comida de confort como tartas o galletas nos ayuda a sentirnos un poco mejor, debemos continuar buenos hábitos alimenticios y llevar una dieta equilibrada en la que predominen las recetas saludables.
- Darles todo el cariño y acompañamiento que pidan, siempre que nos sea posible. Padres y madres nos sentimos física y emocionalmente agotados, lo sé. Y quizás tener que volver a hacer cosas que ya no hacíamos o tenerles pegados todo el día puede hacer la rutina de cuarentena aún más pesada. Pero nuestros hijos nos necesitan ahora más que nunca.
Sé que ahora la situación es muy dura, pero recordemos esto: todo es temporal y pronto llegará el día en el que las cosas volverán a la normalidad. Mientras tanto, seamos pacientes con nuestros hijos y nosotros mismos, dándonos paz, cariño y seguridad, mientras pasamos este trago amargo.
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