Hace tiempo que leí un artículo, vía Mario López de Ávila, que nos animaba a los padres a desarrollar habilidades para comportarnos mejor con nuestros hijos. Aunque hay literatura y autores de sobra para extenderse y profundizar sobre el tema, voy a enumerar los siete más destacados que indica el autor y además les voy a añadir apuntes propios.
Animar a los niños en el esfuerzo no sólo presionarles para que sean inteligentes. El objetivo es que los niños siempre tengan motivaciones, ilusiones y que se animen a insistir sin caer en decepciones o derrotas permanentes. Es mejor que aprendan que es importante esforzarse que ser listos porque en un mundo globalizado como el actual y con lo larga que es la vida es más importante que aprendan a trabajar de forma continua y sostenida. Y no debemos dejar nunca de animarles porque, como veremos después, si se deja de animar y se premia el corto plazo los peques dejan de motivarse o se acostumbran a ser premiados cada vez que se les pone un reto.
Conseguir que duerman y descansen. Al parecer se ha comprobado que una pérdida de una hora de sueño por un alumno de sexto lo hace rendir como si fuera un alumno de cuarto. Si además a esa carencia de sueño acumulada durante la infancia se llega a la adolescencia las consecuencias pueden ser muy malas. Así que hay que animarles a dormir y ahora, que están de vacaciones, es un buen momento para ver cuáles son sus necesidades reales de descanso para poder saber cómo podemos hacer en otoño e invierno para reproducir ese descanso que les demanda su cuerpo.
Cómo hacerles honestos y honrados. Y es que a los padres nos cuesta aceptar que nuestro hijo nos engaña y aunque nos mire ¡y nos suelte ese mirada! y nos hable con convicción tenemos que darnos cuenta de que en ocasiones nos está mintiendo. Así que tenemos que animarles a que nos hagan felices con la verdad porque si nos dicen las que piensan que queremos oír no sólo no nos contentarán sino que además ellos aprenderán a mentir.
Los niños necesitan normas y reglas. Y es que si se marcan una normas sencillas y unas reglas que todos podemos entender la convivencia será mejor y los niños aprenderán a aceptarlas y además se mostrarán felices de que todos las respetamos y mantengamos. Además los estudiosos del tema van más allá y explican que los niños con normas saben buscarse entretenimiento, dentro de las normas, y que son más autónomos. En el lado contrario están los niños aburridos, que, porque no tienen reglas y no saben qué hacer, o porque tienen excesivas reglas, al final no saben a qué dedicarse.
Discutir con los niños es normal y hasta saludable. Y es que que en las familias haya un poco de tensión es bueno, normal, razonable y beneficioso a largo plazo. Porque es divertido y sano discutir, sirve para conocer y exponer los puntos de vista y aprender a negociar para que ninguna opinión sea mejor que otra y todos aprendan a aceptar otras visiones.
Discutir delante de los niños tampoco es tan malo. El objetivo es que la discusión tenga un final y una solución que satisfaga a todos. Y es que después de los insultos y las tensiones si al final se ve que se llega a una conclusión y que hay muestras de afecto entre las partes, los peques se tranquilizan y aprenden que es posible resolver conflictos.
Animarles y premiarles a diario por su esfuerzo. Y es que, como comentábamos al principio, si los peques tienen que ser constantes y animarse de forma continua, lo mejor es premiarles a diario y mantener el impulso para incrementar el optimismo y la motivación, además seguro que también se les incrementará la autoestima.
Y hasta aquí los siete consejos o recomendaciones para que los padres criemos a los hijos de una forma razonable. La verdad es que hay muchas visiones y opiniones que han conseguido, recientemente, que muchas de estas formas de relacionarnos con nuestros hijos se cuestionasen. En casa intentamos seguir estos criterios, a los que hemos llegado con reflexión, comprensión y porque son los que hemos aprendido de nuestros padres. Así que esperamos que nuestra peque pueda quedarse con las cosas buenas que le enseñamos y ella también adquiera y desarrolle estas habilidades por si algún día decide formar una familia.
Vía | Mario López de Ávila
Más información | Barking Up The Wrong Tree
Imagen | Always Shooting