En los últimos años se han disparado las cifras de obesidad en el archipiélago canario. Al parecer el turismo y la migración del ámbito rural a las grandes ciudades, han influido en la transición nutricional que ha experimentado Canarias.
De hecho (y a día de hoy) esta Comunidad Autónoma es la primera en cuanto a índice de obesidad infantil y juvenil, y la segunda en población adulta, según alerta la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Para realizar estas afirmaciones, los especialistas de la SEEDO, se basan en los resultados del estudio ENKIND (prevalencia sobrepeso y obesidad, 1998 / 2000), las encuestas de salud (2006 / 2009), el estudio ENRICA (sobre prevalencia de obesidad abdominal, 2008 / 2010), y el estudio nacional Aladino (que evaluó a 7923 niños y niñas de entre seis y nueve años en 2011).
En todas las investigaciones, las cifras para Canarias resultan ser más elevadas comparadas con el resto de las comunidades autónomas.
En la Encuesta de Salud también se deja constancia de que en Canarias existe una prevalencia de obesidad mucho más acusada en mujeres que en varones en comparación con la existente a nivel nacional
Se sabe que la obesidad tiene importantes repercusiones sobre la salud, tanto a corto como a largo plazo, y mantiene una estrecha relación con factores de riesgo cardiovascular lo que explica que tres de cada diez fallecimientos en Canarias se produzcan a causa de alguna enfermedad cardiovascular derivada en muchas ocasiones del exceso de peso.
En busca de soluciones
Desde la Consejería de Sanidad Canaria, y a través de la Dirección General de Salud Pública, se puso en marcha a finales de 2005 un proyecto de educación nutricional llamado DELTA, y a la vez se promovió la participación en PERSEO. Ambas iniciativas están orientadas a fomentar la alimentación saludable y la actividad física desde los primeros años de vida.
Pero además el Gobierno del archipiélago ha activado una estrategia global para frenar el exceso de peso en las islas. Hablamos de la acción combinada del Programa para la Prevención de la Obesidad Infantil (PIPO) y el Protocolo de Abordaje de la Obesidad Infantil)
Las Guías del programa PIPO
El Programa PIPO consiste en una guía pediátrica de la alimentación con pautas nutricionales y de actividad física hasta los 18 años y otra de menús saludables desde los 4 hasta los 18 años. Las Sociedades Canarias de Pediatría han aunado sus esfuerzos para elaborar estos 2 documentos, los cuales pretenden ser una herramienta de información sobre alimentación saludable a la vez que sirven para la intervención precoz de los problemas de sobrepeso y obesidad. Están dirigidos a profesionales sanitarios, familias, escolares y adolescentes y docentes, a estos últimos como material de apoyo en sus intervenciones escolares.
Pautas para combatir el exceso de peso
El Protocolo de Abordaje de la Obesidad Infantil y Juvenil busca proporcionar pautas y criterios basados en la evidencia científica para combatir el exceso de peso en la infancia y la adolescencia desde la Prevención, el Diagnóstico Precoz y el tratamiento.
Para ello se aplicará en todas las Islas, desde las Unidades de Atención pediátrica y como parte del Programa de Salud Infantil.
Más frutas y verduras en los colegios
El Archipiélago canario es a su vez uno de los lugares de España con las tasas más bajas en lo que a consumo de hortalizas y fruta fresca en hogares se refiere. Esto determinó que el Gobierno de Canarias decidiera activar la tercera edición del Plan Consumo de Frutas en las Escuelas.
Una iniciativa en la que participaron 270 colegios públicos de Educación Infantil y Primaria de las Islas con el objetivo de fomentar la ingesta de frutas y verduras entre los más jóvenes y poder reducir así las tasas de sobrepeso infantil a través de la alimentación.
Se pretende concienciar a los escolares de entre tres y 10 años, e involucrar a las familias y profesorado en los buenos hábitos. La acción triplica en esta edición el número de niños beneficiarios, y contempla el reparto de fruta de temporada, y de plátano de Canarias a escolares.
Sin duda las intervenciones conjuntas pueden ofrecer mejores resultados ante una grave problemática sanitaria que va en aumento.
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